«Esto era un peligro y lo único que hicieron fue vallarlo»

Si hay algo que define al parque de El Lauredal es «el abandono» o, por lo menos, así es como lo ven los vecinos, que han aceptado con resignación el haber pasado a un segundo plano tras años de lucha por hacerse ver. El bar del parque es solo «un ejemplo más del problema», según lo interpreta la plataforma vecinal de los barrios de El Lauredal y Jove, quienes aún recuerdan cómo era cuando seguía en funcionamiento. «Fue una cafetería, una sidrería y un restaurante, pues llegaron a servir comidas», evoca Jorge Alonso. «Había vida porque los niños jugaban aquí, en el parque, así que tenía gente», apostilla.

Finalmente, el edificio pasó a titularidad municipal, cerrado al público durante años mientras se iba deteriorando, llenándose de suciedad, grafitis y todo tipo de inquilinos. En 2015 sufrió un incendio que dañó gravemente el tejado del inmueble, pero siguió sin tener ningún tipo de arreglo a pesar de las reclamaciones vecinales para que actuaran. «Alegábamos que esto podía caer en cualquier momento y ocasionar un accidente si pillaba a alguien de paso», explica Alonso. «Esto era un peligro y lo único que hicieron fue vallarlo cuando nos quejamos de los cristales rotos», añade Cristina Suárez mientras señala los alrededores del ruinoso inmueble.

A través de la prensa supieron de la próxima demolición del bar. Y aunque supuso un alivio el saber que finalmente se actuaría en una zona tan degradada, ha sido, a su vez, una pena. Se trataba de una situación que, a su criterio, se podría haber evitado, pero «dejaron que el edificio fuera del todo irrecuperable», protesta Suárez.

Lo que más lamentan es la pérdida desde el punto de vista histórico, pues el edifico data de 1940. La plataforma critica que no se considerara su valor para intentar sacarle provecho: «Imagínate cómo habría sido aquí un centro municipal de El Lauredal», comenta Xurde Lains.

Por parte del Ayuntamiento, además de presentar las ofertas económicas para le demolición del inmueble, prevé utilizar el solar resultante con fines hosteleros, de tal modo que el parque de El Lauredal recuperaría su bar.