«Es el libro de mi vida, me desnudo para que mis lectores conozcan cómo soy»

Escribe sin reparo y con profundidad sobre la vida, la muerte, el amor, la amistad y la locura. También sobre Gijón, el Sporting y la política. No se olvida en 'Mis pensamientos y cartas a Yahveh' de amigos fallecidos como Quini, Alfonso Peláez, Pedro Villaveirán o José Luis Martínez. Pepín Braña volvió ayer a demostrar, en la presentación de su séptimo libro, su carisma gijonés y su poder de convocatoria. En un abarrotado salón de actos del Antiguo Instituto Jovellanos, y acompañado en el escenario por Janel Cuesta e Ignacio Peláez, Braña reconoció que 'Mis pensamientos y cartas a Yahveh' es «la obra de mi vida».

Le explica el autor a su lector que «este libro no contiene otra cosa que mis sentimientos. Los puedes leer o no leer. Te pueden gustar o no gustar. Los puedes criticar o elogiar. Incluso te permito, si quieres, plagiarlos. Pero pido que los respetes porque son parte de mi alma».

Janel Cuesta, colaborador de EL COMERCIO y amigo de Pepín encargado de presentar ayer el libro, describió el texto de Braña como un libro «profundo, complejo y tremendamente sincero». Para Cuesta, el séptimo libro de Braña es un «compendio filosófico con ideas y pensamientos muy bien expresados».

A la vida le dice que «vivir todos los días es la máxima aventura». También que «la verdad suele ser dolorosa, pero se puede curar con la mentira». Sobre el amor escribe que «con que facilidad decimos la palabra amor cuando nuestros ojos solo ven sexo». O que «amar sin sufrir no es amar». Y sobre la locura, por ejemplo, escribe que «se puede estar loco y no ser un genio, pero no se puede ser un genio sin estar loco».

En sus cartas a Dios habla sobre sí mismo, sobre su comunión y sobre Quini, a quien define como persona «única en el gol y en la vida».

Tras la presentación, el público asistente preguntó a Pepín asuntos sobre su libro. Sus respuestas, de nuevo, arrancaron los aplausos de los presentes. «Es una persona genial», concluyeron sus más incondicionales al cierre del acto. La pasión con la que Pepín Braña describe su trabajo le llevó a asegurar que «es el libro de mi vida, me desnudo para que me conozcáis.»