La plataforma única reduciría a 20 kilómetros por hora la velocidad del tráfico en el Muro

Como ayer adelantó en una entrevista en EL COMERCIO el concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Aurelio Martín, la intención del gobierno para cerrar el debate sobre la reforma del Muro pasa por plantear una plataforma única que pueda adaptarse según el momento a distintas configuraciones viarias sin necesidad de ejecutar obras adicionales y en un tiempo mínimo. Si bien el equipo de gobierno sigue defendiendo como mejor opción la de mantener un único carril de circulación, una reforma así sería lo suficientemente «flexible y versátil» para permitir que en caso de haber otras mayorías políticas, o si directamente hubiera un cambio de posición, se pueda modificar la ordenación del tráfico, recuperando el doble sentido que se suprimió hace casi un año y medio, sin apenas coste. Tampoco cerraría la puerta a opciones intermedias, como abrir y cerrar carriles en función de la época del año o diferenciando entre días laborables y festivos.

Aunque los detalles de este plan aún están verdes, la idea es empezar a recabar apoyos entre el resto de partidos para que la reforma pueda salir adelante con el máximo consenso, toda vez que su objetivo de fondo es poder dar cabida «al mayor número de sensibilidades políticas y ciudadanas». En esta actuación se trataría de incluir además todos los puntos que fueron objeto de acuerdo en la comisión del Muro, entre ellos ganar espacio en la acera colindante con los edificios, no solo para facilitar el tránsito peatonal sino también para ayudar a reactivar los comercios y locales de hostelería de la zona, incluso con la instalación de terrazas cerradas. También se garantizaría la circulación ciclista y se crearían zonas estanciales -que no sean únicamente de paso, sino también de encuentro- y espacios para la práctica deportiva.

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En lo que respecta a la velocidad, sea con uno o dos carriles, el límite de 20 kilómetros por hora vendría impuesto por una norma general que ya es aplicable a todas las calles con plataforma única. Y encajaría además con los postulados que recogía ya el Plan Integral de Movilidad Sostenible que se acordó -sin llegar a aprobarlo oficialmente- durante el pasado mandato y que sirve de base para el que en las próximas semanas prevé presentar el Ayuntamiento. «Tanto el Muro como toda la zona centro se identificaban como áreas de prioridad no motorizada», apunta Martín. Algo que según el concejal ya conllevaba reducir tráficos transversales como se hizo al eliminar la circulación hacia el Náutico y en lo que se daría un paso más con un modelo que garantizaría la prioridad de paso de los peatones.

«No dejaría de ser una zona semipeatonal, como por ejemplo la calle Santa Elena», añade el concejal. La propia ordenanza de movilidad define las plataformas únicas como «calles compartidas o de coexistencia», en las que «peatones, ciclistas, vehículos no motorizados y vehículos a motor» conviven en un mismo espacio «y donde la circulación a pie tiene preferencia sobre el resto de modos de transporte».

El modelo de plataforma única se ha extendido en los últimos años a varias calles del centro -las últimas, San Antonio, Vicaría y Santa Elena- y el Muro no es el único espacio a donde llegará en un futuro próximo. En breve se espera que puedan comenzar las obras para prolongar la de la calle Covadonga al tramo que va de Cabrales a San Bernardo y también las de Tránsito de las Ballenas, primera actuación de la plataforma única que en los próximos años pretenden que rodee Cimavilla. El Consistorio también quiere aplicar este mismo año esa fórmula en la calle Caridad, que desde el verano de 2020 luce un 'cascayu' similar al del Muro que sirvió para suprimir los aparcamientos y dar prioridad a los peatones.