El precio fijado por el Principado para la vivienda protegida frena su construcción
El módulo lleva tres años congelado en 2.124 euros el metro cuadrado y los promotores piden elevarlo entre un 25 y un 40% por la subida de sus costes
El precio fijado por el Principado para el módulo de la vivienda protegida, que los promotores inmobiliarios consideran «totalmente desfasado respecto a la realidad del ... aumento de los costes de construcción», está obstaculizando de manera importante su desarrollo en Gijón. Esa circunstancia, sumada a la escasez de suelo, está actuando de lastre en un momento de gran necesidad de esta tipología residencial en la ciudad.
El módulo de VPC (el precio máximo por metro cuadrado para la vivienda protegida concertada) lleva casi tres años congelado a un precio de 2.124 euros el metro cuadrado. La normativa estatal dice que ha de revisarse anualmente como mínimo con arreglo al incremento del coste de la vida, el IPC, y la última actualización se remonta a enero de 2023.
Los costes de ejecución y acabados para estos bloques de precio tasado son en este momento similares a los de vivienda libre. Por ese motivo, la patronal de los constructores, CAC-Asprocon, está pidiendo elevar el módulo entre un 25 y un 40%. Un incremento que juzgan «indispensable» para que les compense asumir proyectos de vivienda protegida que ayuden a atender la demanda de un gran sector de la población que, ahora mismo, está viéndose obligado a salir de Gijón para buscar pisos asequibles.
El consejero de Ordenación de Territorio, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, lleva desde el pasado septiembre negociando la revisión del precio del módulo dentro del marco de la concertación social. Parece que entre los propios socios del Gobierno regional, PSOE e IU, hay discrepancias sobre hasta dónde se puede llegar en esa negociación con los promotores y constructores.
Zapico ya anticipó en sede parlamentaria que, en el caso de que se acuerde una subida del módulo, será inferior al incremento medio de los salarios acumulados desde la última revisión, Además, quiere vincular futuras revisiones al cumplimiento de un número determinado de obras.
En este momento, excluyendo las 250 viviendas de Peritos, que es un proyecto que cuenta con financiación europea y constituye la primera construcción industrializada en obra pública de Asturias, la iniciativa privada está desarrollando en Gijón poco más de un centenar de viviendas de protección. Hay que tener en cuenta que últimamente en Gijón se están vendiendo unas mil viviendas al trimestre y que el porcentaje de obra nueva de protección respecto a la de vivienda libre es ínfimo.
Plan Llave en ciernes
Las viviendas de esta tipología en construcción se concentran en Nuevo Gijón con el proyecto Residencial Urano 2 –36 viviendas que están todas vendidas a excepción de una reservada para personas con discapacidad– promovido por Flvminis y que se están vendiendo a 220.000 euros de media con plaza de garaje y trastero. Hay otras dos promociones en ejecución en Nuevo Roces: L27 promovida por Los Campos (48 viviendas) y el edificio Aral que desarrolla Cortina & Mallo (otras 27).
Para dinamizar el mercado de vivienda protegida en la ciudad, el Ayuntamiento ha diseñado el plan Llave, que ha tenido que demorar la puesta en marcha de su primera fase para actualizar precios y al que el Principado le ha dado la espalda desde el primer momento.
En 2008, cuando estalló la burbuja inmobiliaria y no se vendía nada, el desarrollo de vivienda protegida prácticamente en monocultivo fue lo que permitió al sector de la construcción subsistir en Gijón. Esa crisis además coincidió con la irrupción de Nuevo Roces, área residencial que está agotando sus parcelas y que no tiene otro enclave en el municipio que recoja el testigo tras la congelación por parte del Principado de los planes para Ecojove que llevaba asociada la construcción de 1.900 viviendas protegidas.
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