Los premios del noveno arte

Los galardones de los Premios Haxtur recayeron, en 1990, en Alfonso Font, Briand Bolland y Chiqui de la Fuente, entre otros. En el XIV Salón Internacional del Cómic del Principado de Asturias, teniendo como marco el salón de actos de la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial de Gijón, miraron los premios más allá de la piel del toro. Repartidos anualmente desde hacía un lustro, la falta de ayuda municipal amenazaba la continuidad de un certamen al que, aseguraban los organizadores, sí arropaba el público.

El balance del salón «ha sido bastante positivo», reconocía entonces Faustino Rodríguez Arbesú, director de la revista 'El Wendigo' y organizador del salón, «sobre todo, si se tiene en cuenta que es la primera vez después de muchos años que el salón se hace en Gijón; que el sitio donde ha tenido lugar no es demasiado céntrico y que el tiempo tampoco ha acompañado mucho». A pesar de eso, más de 150 personas al día avalaban la celebración de unos galardones, no sin polémica municipal. Aquí y en Oviedo, donde la Fundación Municipal de Cultura había dejado desierta la organización del Salón del Cómic de aquel año.

Artísticamente hablando, fue Jean van Hamme quien se alzaría con el galardón al mejor guion en 1990, gracias a su serie 'XIII'. Walter Simonson, creador de 'Thor' y de la serie, protagonizada por dicho personaje, 'La canción de Mjolnir', se llevó el premio al mejor dibujo, que recogió, en su nombre, Juan José Plans. La mejor historieta corta fue para Alfonso Font, por 'La sangre de volcán'. La mejor larga, 'Cinder y Ashe', de José Luis García López, español afincado en América.

Yaún habría más: la mejor portada, la de 'Las mejores historietas del Joker', de Bryan Bolland; y el premio 'al autor que amamos' para el gijonés Chiqui de la Fuente, prematuramente malogrado y autor, entre otras obras, de 'El barón de Munchausen'. Todo un elenco del noveno arte reunido en Gijón y en torno a unos premios que no tuvieron continuidad más allá del 2015, el último año en que se concedieron los Haxtur, asfixiados por la falta de patrocinio. Quince años después.