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En la imagen superior, una infografía de la zona de la cafetería de la nueva residencia, con diseño de Martín Lejarraga. A la izquierda, Dionisio Ramos, el arquitecto, y Pedro Artés explican el proyecto en febrero pasado junto a la alcaldesa y Fernando Couto. JORGE PETEIRO
Los problemas con la financiación retrasan el inicio de las obras de la residencia del campus

Los problemas con la financiación retrasan el inicio de las obras de la residencia del campus

El empresario Dionisio Ramos mantiene su «firme apuesta» por la instalación y espera cerrar un acuerdo en un mes con los bancos o con un fondo especializado

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Martes, 15 de mayo 2018, 03:10

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La colocación de la primera piedra de la residencia universitaria sigue estando 'gafada'. Las máquinas encargadas de levantar el equipamiento en la parcela del campus anexa a Marina Civil deberían, a estas alturas del año, estar trabajando a pleno rendimiento. Sin embargo, las únicas que han trabajado en la zona en los últimos meses han sido las encargadas de realizar las catas y los sondeos topográficos del terreno. ¿El motivo? «Problemas con la financiación», ha asegurado a EL COMERCIO, el titular de Rya Residencias, Dionisio Ramos.

El empresario leonés ha querido, no obstante, explicar el proceso para lanzar un mensaje de tranquilidad: «Es una apuesta firme. La residencia va a ir para adelante. Es el proyecto al que más horas estoy dedicando en las últimas semanas». Sabe que Gijón y su campus están pendientes de un proyecto que es una de las grandes reivindicaciones históricas de la comunidad universitaria sobre la que, además, se sustenta también otro de los actuales caballos de batalla de la ciudad: el grado de Deportes.

«Es el proyecto al que más horas estoy dedicando en estas semanas», dice Ramos

¿Y cómo se ha llegado a esta situación? El pasado mes de febrero Ramos, junto a otro de los responsables de la empresa, Pedro Artés, y el arquitecto, Martín Lejarraga, vinieron a explicar públicamente el proyecto al Ayuntamiento de Gijón y estuvieron acompañados por la alcaldesa, Carmen Moriyón, y el portavoz del equipo de gobierno local, Fernando Couto. Entonces hablaron de una inversión de 8,9 millones para la primera fase de las obras de construcción del equipamiento, con el respaldo -entonces se estaba negociando- de Abanca y Liberbank. Es más, un representante de está última entidad bancaria acudía a esa presentación expresando, implícitamente, su respaldo al proyecto. La propia alcaldesa anunciaba el inicio de la construcción «en mes y medio o dos meses».

Tres meses después de aquello se está en el mismo punto: la obra de la residencia no ha comenzado y la negociación con los bancos continúa. Pero se ha cambiado de entidades bancarias. Incluso se ha incorporado a esa negociación a fondos de inversión especializados en este tipo de equipamientos. Y el cierre de un acuerdo con unos (los bancos) u otros (los fondos) podría incluso conllevar una modificación del diseño del proyecto. «En un mes, como máximo, este tema de la inversión tiene que estar resuelto. Quince días después de tenerlo cerrado, podríamos estar en condiciones de comenzar la obra», asevera Ramos.

Ampliación de licencia

Lo que parece estar más claro es que será necesaria una ampliación de la licencia de obra ya que en los dos meses siguientes a su concesión definitiva -el pasado 2 de abril- deberían comenzar los trabajos. Y esto será imposible al menos hasta el próximo mes de julio. La intención de los responsables de Rya Residencias es, no obstante, reunirse con el equipo de gobierno gijonés para explicar todo el proceso que está dilatando los plazos y reafirmarles su «máximo interés» en que el proyecto gijonés vea la luz en el plazo de tiempo más corto posible.

La empresa encargada de desarrollarlo también está elegida y tiene sello de un constructor leonés, tierra que comparte con el titular de Rya.

Si finalmente se puede comenzar a elevar el edificio en julio, dado que el plazo de obra dado por los adjudicatarios era de quince meses, difícilmente se llegaría a su estreno para septiembre del próximo año, en el inicio del curso 2019-2020, como era la intención de todas las partes.

En todo caso, a expensas de conocer los plazos definitivos y si será necesaria esa modificación del diseño, la planificación que se mantiene sobre la mesa es comenzar con una primera fase de inversión que rondará los nueve millones de euros y continuar con una segunda que se situará entre los cuatro y los cinco millones.

Rya Residencias explicará directamente al Ayuntamiento los nuevos plazos

Ese dinero será el utilizado para levantar un edificio de 5.600 metros cuadrados construidos -planta baja, primera y segunda- y otros 924 metros bajo rasante. El equipamiento tendrá capacidad, según explicó Martín Lejarraga, su arquitecto, en febrero, para 226 personas. Está planteado como un conjunto de equipamientos que permitirá ofrecer un servicio abierto, no solo para sus residentes. Se prevé, además, habilitar un aparcamiento cubierto de 56 plazas y una zona deportiva de casi 3.000 metros cuadrados.

El edificio residencial estará formado por cuatro pabellones alzados sobre soportales abiertos para bancos o aparcamiento de bicicletas. La planta baja estará destinada a zonas comunes como recepción, área de acogida a estudiantes, zonas de estancia, áreas comunes abiertas y, además, una serie de recintos para zonas de estudio, lavandería y biblioteca. También dispondrá de cafetería y comedor, con una cocina que permitirá dar servicio a más de 200 comensales.

Las plantas primera y segunda estarán destinadas al área estrictamente residencial. En la zona norte irán las habitaciones dobles, un total de 72, y al sur las individuales, 82, de las que ocho serán estudios para docentes y otras seis quedarán reservadas a personas con discapacidad. El precio previsto para el alojamiento será de 400 euros mensuales para individual y unos 350 para las habitaciones dobles.

Rya Residencias tiene la concesión por 40 años, con una prórroga de otros 10, con un pago de un canon anual de 40.000 euros (más IVA).

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