La playa de Poniente, con la bandera roja.
1997. Hace 25 años.

Prohibido bañarse

Los vertidos al mar de los colectores en las obras de canalización de dos ríos gijoneses impidieron el uso de Poniente y el Arbeyal

Lunes, 6 de junio 2022, 00:11

Ondeaba la bandera roja sobre la arena de Poniente y del Arbeyal: hace 25 años y un día, los baños en sendas playas quedaron prohibidos como medida sanitaria por las consecuencias de las obras de canalización de los ríos Cutis y Pilón, «que están siendo realizadas por la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) con un presupuesto que puede situarse, en este momento, en torno a los 3.000 millones de pesetas, y que ya han acumulado un retraso de un año». Carlos Zapico, concejal delegado de Medio Ambiente. explicaba el tinglado así: que, al canalizarse el Pilón, «en su encuentro con la plaza del padre Máximo González y la calle de Mariano Pola, donde está situado todo el complejo de enlace de los colectores con el interceptor costero, ha provocado ya un corte de tráfico en Mariano Pola porque se está procediendo a la comunicación de toda la red de colectores (los dos ríos Cutis y el colector del Muelle) con el mencionado interceptor costero».

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No quedaba más remedio, esgrimía la CHN, que realizar las obras de enlace de los colectores abriendo el alivio de aguas negras hasta la antigua desembocadura, «situada en la zona de la dársena de Naval Gijón». No quedaba más remedio, así, que el colocar la bandera roja en El Arbeyal y Poniente «en previsión de la contaminación que puedan registrar las aguas marinas por efecto de los vertidos, e instar a la Confederación Hidrográfica para que con la mayor urgencia posible resuelva este asunto».

Viejo aliviadero

Era, en cualquier caso, una medida temporal. Los ingenieros municipales aseguraban «que el martes próximo quedará resuelto el problema y, en consecuencia, restablecido el interceptor costero y condenado el vertido en la zona de Naval Gijón». A partir de entonces, los análisis realizados tras el cierre del viejo aliviadero serían los que decidirían si se rehabilitaba o no el baño. En cualquier caso, no cabía esperar la bandera verde hasta pasado un tiempo, «hasta que las analíticas que se efectúen muestren cuál es el estado de la calidad de las aguas». Otra cosa era que las obras, eso sí, acumulasen ya un año en la ejecución del proyecto. Las cosas de palacio...

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