Elena Suero, Covadonga Landín y Cristina Avella delante del viejo edificio del Hogar de San José que albergará hasta 40 hombres, usuarios procedentes del Albergue de Covadonga, a partir del mes de marzo de 2026. J. M. PARDO

«Este es un proyecto que recupera vidas»

Albergue Covadonga. La reforma del viejo edificio de Laviada obligará a realojar a unos 60 usuarios en El Natahoyo. Las responsables del plan de traslado confían en el cambio

Jana Suárez

Gijón

Sábado, 25 de octubre 2025, 23:01

No es solo la reforma de un edificio, el del Albergue Covadonga, ni tampoco un traslado sencillo el de sus usuarios de Laviada al barrio de El Natahoyo. La rehabilitación del actual edificio, cuyo coste asciende a 5,4 millones de euros, durará cerca de dos años, –a partir de mayo de 2026 y con un plazo de finalización estimado para el segundo trimestre de 2028–. Dicha ejecución conlleva una mudanza de cerca de 60 usuarios que serán trasladados a dos edificios que pertenecen a la Compañía de Jesús en el barrio de El Natahoyo: el Hogar de San José y un piso en la calle Monte Jove. «Confiar en nosotras. Es una decisión muy meditada y es un proyecto que ayudará a recuperar vidas». Ese es el mensaje que Covadonga Landín, directora de la Fundación Municipal de Servicios Sociales; Cristina Avella, directora de la Fundación San José, y Elena Suero, directora del Albergue Covadonga han traslado a EL COMERCIO que ha logrado reunir a estas mujeres.

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Las tres responsables han mantenido un encuentro con este periódico en las antiguas instalaciones del Hogar de San José, en la calle Mariano Pola, vacías desde hace menos de un año. «Aquí es donde se alojarán los hombres, donde hay plazas para 40 personas. Por su parte, las mujeres se instalarán en un edificio cercano, con ocupación para 20 personas, y que se encuentra en la calle Vicente Jove», detalla Landín. Para la directora de Servicios Sociales «la reforma del Albergue no se concibe sin llevar a cabo un traslado de sus usuarios, pero eso no va a suponer un problema. Gijón es una ciudad solidaria que no mira a otro lado. Somos conocedores de una realidad en la que muchas personas lo están pasando mal y debemos invertir en la mejora de la dignidad de ellas en pro de la cohesión social. La pandemia nos demostró que sin red familiar o social de apoyo todos podemos caer en situaciones vulnerables y de sinhogarismo», subraya Landín. «No hemos encontrado mejores instalaciones y estoy segura que no hay mejor barrio que El Natahoyo para acoger a estos adultos y además la relación entre las tres entidades es total», enfatiza.

La Compañía de Jesús se enorgullece de la llegada de estos usuarios a sus instalaciones. «Teníamos otras ofertas de arrendamiento pero el servicio de ayuda de la Fundación tenía claro que esta era la mejor», subraya su directora. El Albergue Covadonga surgió en 1988 de la mano, entre otros, del jesuita Paco Herrero, Tomás Marcos (un 'exhogarín' de San José) y Covadonga Donate, monja de las Siervas de los Pobres. El antiguo matadero situado en El Natahoyo fue su primera ubicación hasta su traslado en 1995 al barrio de Laviada. Las monjas han vuelto a la zona oeste de Gijón y atienden desde 2021 a madres embarazadas sin recursos en cinco apartamentos de su nueva residencia frente al parque de La Atalía. También Proyecto Hombre se encuentra en la zona «y aunque al principio levantó suspicacias, la armonía con los vecinos es absoluta y no ha conllevado ningún tipo de problema. Lo mismo ocurrirá con este traslado», matiza Landín.

Unidades de calle en el barrio

Cristina Avella asumió la dirección de la Fundación Hogar San José hace un año tras estar al frente del Albergue Covadonga. Es por tanto conocedora de las realidades de ambas entidades. «Nuestra prioridad son los menores. Quiero dejar claro que no van a estar en contacto ninguno con los adultos que se alojen en las antiguas instalaciones. Se construirá una barrera arquitectónica lo más alta posible con una malla», detalla.

El traslado será escalonado y comenzará a principios de 2026, –las mujeres entre febrero y marzo, y los hombres en los meses de marzo y abril» , apunta Avella. «Todo está apuntalado en unas bases muy rigurosas. En enero se creará una comisión de seguimiento, que se reunirá periódicamente para coordinar actuaciones dirigidas a prevenir incidencias entre los servicios y supervisar la evolución. Ante cualquier imprevisto, se responderá inmediatamente. El entorno seguro de los menores es fundamental pero también la convivencia con el barrio. Además, contaremos con las denominadas 'Unidades de calle' que acompañarán y tutelarán a los adultos durante todo el proceso y fomentarán las actividades comunitarias hasta que estos usuarios regresen de nuevo Albergue de Covadonga», resume Avella.

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«Quieren integrarse»

Por su parte, la propia directora del Albergue Covadonga, Elena Suero recuerda que «el objetivo de la reforma, más allá de paliar la problemática del deterioro del edificio, es generar un espacio, una casa que simbolice un nuevo modelo de atención a las personas sin hogar con enfoques más individualizados que incentiven la integración». «En las inmediaciones del albergue deambulan unas 120 personas al día. Son usuarios del centro baja exigencia, –lo que era antiguamente 'Calor y Café' y presentan cuadros con más problemáticas–, que no se moverán de ese espacio. Frente a ellos, hay cerca de 60 personas, que son usuarios fijos, con plaza, y que cumplen con unos condicionantes sociopsicológicos muy rigurosos», indica Suero. «Son personas que quieren integrarse en la sociedad, y lo cierto es que la mayoría lo hacen y esas personas son las que se trasladarán al barrio de El Natahoyo, un barrio inclusivo», finaliza.

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