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Lucía Díaz
Gijón
Sábado, 19 de abril 2025, 18:52
El mirandés o asturleonés de Tierra de Miranda es la segunda lengua oficial reconocida por el Estado portugués. Cuenta con 5.000 hablantes nativos; 15.000, si se tienen en cuenta a los que lo tienen como segundo idioma. Este es el caso de Isaac Luís Carvalho (17) y Sara Vicente Martins (18), alumnos de Escola Básica e Secundária de Miranda do Douro (Portugal) elegidos como los «mejores y más comprometidos» estudiantes de mirandés por la Associaçon de Lhéngua i Cultura Mirandesa, que se erige como «guardiana del patrimonio cultural e histórico de la Tierra de Miranda». Estos estudiantes, gracias a la beca 'Agabones Familia Schmidberger Fernandes', han unos días visitando Oviedo y Gijón, en una estancia cultural en la que han recorrido Asturias y compartido raíces comunes mediante la visita a lugares como el Museo del Pueblo de Asturias, la Academia de la Llingua Asturiana o la Junta General del Principado. Ambos fueron becados con unos días de estancia en la Residencia Lliteraria Xixón, dirigida por Inaciu Galán, que tiene por objetivo «el estímulo de la creación literaria y la traducción así como la creación de puentes entre lenguas y culturas».
«Conocimos esta iniciativa a través de nuestro profesor de mirandés», explicaron a EL COMERCIO Sara e Isaac. «Nosotros no nos presentamos a nada, sino que fuimos elegidos por tener los mejores expedientes de la asignatura». Los mecenas de la beca, el matrimonio Aníbal Fernandes y Vera Schmidberger Fernandes, les hicieron entrega del premio en una ceremonia en Miranda del Duero a la que asistieron junto a sus familias. Afirman buscar con estos galardones no solo premiar el mérito y el esfuerzo de los alumnos, sino mostrar «el amor y cariño que sientan por la cultura y lengua mirandesa, y que sirva para animar e incentivar a los alumnos del Agrupamento de Escolas de Miranda del Douro a su estudio y conservación.
Para ambos, el aprendizaje de este idioma entronca con «el deseo y la necesidad» de preservar el habla ancestral de su familia: «Nuestros abuelos hablaban mirandés de forma fluida, ya que se trataba de su lengua materna. Es nuestra tradición. Hoy se está perdiendo, aunque hay jóvenes que desean preservarlo por los mismos motivos que nosotros», afirman. Por eso, agradecen la existencia de estos programas de intercambio lingüístico, como el de la Residencia Lliteraria Xixón que premian el estudio de las lenguas minoritarias y contribuyen a su revitalización, crucial en un momento de declive debido al estigma de la oralidad, los orígenes rurales del idioma y la influencia del portugués.
«Conocer Gijón es una muy buena experiencia, nos encanta esta ciudad. Estamos muy contentos de visitarla, sobre todo por una causa que nos parece tan importante y nos toca tan de cerca», indican. El mirandés, tal y como demuestra la presencia de Isaac y Sara en Gijón, tiene cabida y existencia más allá de las aulas.
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