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Al retrete, solo 'pipí, popó y papel'

La EMA inicia una campaña contra las toallitas y otros desperdicios arrojados al váter, cuya limpieza cuesta 600.000 euros al año

Iván Villar

Gijón

Viernes, 16 de noviembre 2018, 14:01

Solo 'pipí, popó y papel'. Ni toallitas, ni bastoncillos, ni hilo dental, ni compresas, ni comida, ni preservativos.... La Empresa Municipal de Aguas ha puesto en marcha una campaña para concienciar sobre un correcto uso del inodoro y tratar de evitar así las obstrucciones que se producen en las redes de saneamiento por el paso de todo tipo de residuos para los que no están preparadas y que además de un elevado coste económico conllevan daños medioambientales al aumentar los alivios de agua sin depurar. «Antes de tirar nada por el váter, piensa bien si realmente merece la pena. Pon una papelera en tu baño», añade la campaña, que coincide en el tiempo con otra similar puesta en marcha por Cadasa a nivel regional y con la celebración, el próximo lunes, del Día Mundia del Retrete, una iniciativa de la ONU para concienciar de la importancia de un acceso sostenible al agua potable y a unos servicios básicos de saneamiento.

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«Las toallitas no se deshacen fácilmente, e incluso las que se venden como biodegradables, tardan mucho tiempo en hacerlo», explica la EMA centrándose en uno de los productos que más quebraderos de cabeza causan últimamente a las grandes urbes. «En una ciudad como la nuestra el recorrido medio desde nuestras casas hasta la depuradora es de menos de una hora, por lo que cuando las toallitas llegan a las rejas de desbaste hay que sacarlas y transportarlas al vertedero», señala. En la depuradora el agua residual pasa en primer lugar por una rejas de desbaste y tamices. Las toneladas de objetos que no deberían estar ahí provocan que los impulsores se obturen y atasquen las bombas, «dificultando y encareciendo el proceso depurativo».

Añade que cada año su camión-aspirador realiza más de 3.000 servicios en la ciudad, la mayoría de ellos «para solucionar los atascos provocados por todos aquellos elementos que se vierten por el inodoro y que deberían ir a los contenedores». Entre lo que se encuentran los operarios en estas tareas cuando acuden a reparar un desagüe incorrecto en algún edificio aparecen incluso pañales y trapos. Pero el problema no afecta solo a las comunidades de vecinos donde se vierten estos residuos. «Las toallitas y otros desechos llegan al alcantarillado, van reduciendo la capacidad de los colectores y en ocasiones llegan a obstruirlos por completo». La EMA asegura que cada año invierte más de 600.000 euros en solventar atascos «que hasta hace poco, cuando no existían las toallitas, no se producían».

Junto al impacto económico, la empresa municipal destaca también al ambiental. Los colectores son como grandes autopistas que conducen las aguas residuales hasta la depuradora y que están preparadas para un determinado caudal. Si las toallitas y otros residuos que se van acumulando a lo largo de la red reducen su capacidad, cuando en días de lluvia aumenta la cantidad de agua que circula por ellas es más fácil que estos colectores superen el límite de transporte para el que están diseñados y viertan automáticamente el agua sobrante a los ríos mediante la red de alivios. Sería una mezcla de agua de lluvia y de saneamiento, que iría sin depurar. «Todo lo que tiramos por el retrete lo estamos tirando al medio ambiente», remarca la EMA.

La campaña contra el arrojo de toallitas, bastoncillos y desperdicios al inodoro incluirá, además del reparto de carteles y folletos con la imagen que acompaña a esta información, el reparto de papeleras en centros escolares para que las coloquen junto a los inodoros y talleres en los cursos de educación infantil para que «desde pequeños los niños sean conscientes de que las cómodas e inocentes toallitas tienen un lado mucho más oscuro y menos agradable y que sean ellos quienes reprendan a sus mayores cuando no hagan las cosas correctamente». También se buscará la colaboración de establecimientos hoteleros y hosteleros de la ciudad y se proporcionará información a trabajadores de sectores específicos como las residencias para mayores.

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