Segundo ataque sexual a una víctima al azar desde agosto

El grave episodio ocurrido la noche del domingo en el Polígono de Pumarín es el segundo de similares características que tiene lugar en Gijón en tan solo cinco meses. En agosto, una mujer que había salido a practicar deporte por la senda fluvial fue violada por un individuo que la vigiló durante días y la atacó a punta de cuchillo hasta consumar la agresión. El presunto atacante, de 59 años, contaba con varios antecedentes por delitos sexuales por los que había cumplido hasta quince años de cárcel. Había salido de prisión en 2004 y desde entonces residía con sus ancianos padres en el barrio de El Coto. No le constaban desde entonces la comisión de otros delitos, si bien en 2016 fue arrestado por acosar y perseguir a una mujer a la que no conocía y a la que acosaba de forma habitual. El 26 de agosto, sobre las seis de la mañana, esperó a la víctima detrás de unos matorrales en la senda fluvial y cuando pasó a su lado, irrumpió en el camino, la amenazó con un objeto punzante y la llevó por la fuerza a una vaguada próxima al río en donde había preparado un parapeto en el consumó la agresión sexual. Pudo ser identificado por los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional apenas cinco días después, fruto de las indagaciones y de las pruebas recogidas por la Brigada de la Policía Científica. Fue detenido en una calle de El Llano cuando salía del piso de un conocido en el que se había refugiado los días anteriores, sabedor de que la Policía sospechaba de él. Desde entonces permanece en prisión preventiva en el centro penitenciario de Asturias. La investigación corre a cargo de la jueza de Instrucción número 5 de Gijón, quien en las últimas semanas ha tomado declaración a la víctima y también a otros testigos, como la asistenta que trabaja en casa de los progenitores del acusado. La mujer manifestó que ese día lo vio «muy nervioso».