José Manuel Sánchez Merino, durante la segunda sesión del juicio. En el vídeo: Francisco Dacuña: «Es imposible que haya sido un accidente» FOTOS DE ALBERTO SÁNCHEZ vídeo: Aida G. Fresno y Alberto Sánchez

«Siempre quería saber dónde y con quién estaba. La tenía sometida»

Familiares y amigos de Lorena Dacuña relatan el «acoso permanente» de José Manuel durante su relación sentimental y tras la ruptura

GUILLERMO MAESE

GIJÓN.

Miércoles, 27 de abril 2022, 00:52

Si el lunes se puso de manifiesto el machismo y la arrogancia de José Manuel Sánchez Merino durante su declaración, ayer los familiares y amigos de Lorena Dacuña evidenciaron con sus relatos el hostigamiento al que fue sometida por su asesino confeso durante los ocho años de relación sentimental que mantuvieron. Episodios de celos, acoso y control. «Siempre quería saber dónde y con quién estaba. El acoso era permanente y el control extremo», aseguró una de sus amigas de la infancia.

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La Sección Octava de la Audiencia Nacional acogió ayer la segunda sesión del juicio por el asesinato machista de Lorena Dacuña el 2 de febrero de 2020. Hasta quince testigos dieron cuenta ante la magistrada y presidenta de la sección, Alicia Martínez Serrano, del «acoso permanente» al que estuvo subyugada Dacuña. También ante el jurado popular que el viernes determinará la culpabilidad de Sánchez Merino y si el crimen se produjo bajo los agravantes de parentesco y desprecio de género, como reclaman la Fiscalía y la acusación particular y popular. Hasta el momento, los testimonios de las dos sesiones dejan poco margen para la duda.

Su hermano, su cuñada, sus tíos y sus amigas coincidieron en señalar que Lorena estaba «triste y deprimida» durante el tiempo que estuvo con el inculpado. «En los últimos meses de relación ya casi no la veíamos. Se había dejado llevar. Ni se arreglaba ni le ponía entusiasmo a nada». También coincidieron en asegurar que Lorena les ocultaba episodios violentos para no preocuparles. Así lo expresó su hermano: «Estoy convencido de que se calló muchas cosas porque no quería disgustarnos. Igualmente, creo que ella se avergonzaba de su relación».

Hoy declaran los médicos forenses, la policía científica y los psicólogos que le han tratado desde su detención

Parece evidente que Lorena ocultó al entorno su calvario, pero todos presenciaron cómo la controlaba y acosaba. «No le podía decir que se venía al pueblo conmigo porque se enfadaba». «Intentó buscar la mejor manera de dejarlo para que él no tuviera una mala reacción». «Un día llegó a tener que mandarle una foto nuestra para que se creyera que estaba con nosotros». «La llamaba incontables veces cuando salíamos todas las amigas». «Cuando tomábamos un café y le llamaba me mandaba callar para poder decirle que estaba en el trabajo». «Dejó el whatsapp porque le controlaba las horas de conexión». «Le exigía minuciosidad en la limpieza de casa y le controlaba la comida». «Dejó de venir al pueblo conmigo porque a él le parecía mal». Fueron algunos de sus testimonios.

Apareció sin un diente

Si bien ninguno de los testigos aseguró haber conocido una agresión física de Sánchez Merino, tras su asesinato comenzaron las conjeturas. Lorena -contaron los testigos-, tras varias semanas sin verla, apareció un día sin un diente. A unas amigas les dijo que había sido comiendo una magdalena y a otras que se debía a un problema que tenía en las encías.

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«Es cierto que cuando lo dejamos le rompí la ropa interior, pero que nadie se olvide de que se las compré yo», dijo el acusado el lunes. Ayer una amiga aseguró que mentía porque había ido con Lorena a comprarlas. Hoy se celebrará la tercera sesión de las cinco programadas. Testificarán los médicos forenses, la policía científica y los psicólogos que le han tratado desde su detención.

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