«En el siglo XIX se elegía alcalde cada dos años y hubo uno que lo fue cinco veces»
«No puedes escribir de Gijón sin consultar la hemeroteca de EL COMERCIO». Desde el año 1840 hubo 105 regidores en la ciudad
El próximo martes, a las 19 horas, en el salón de actos del Centro de Cultura Antiguo Instituto, el Ateneo Jovellanos, en colaboración con el ... Aula de Cultura de EL COMERCIO, presenta el último libro del colaborador de este periódico Janel Cuesta (Noreña, 1933). El último trabajo de este prolífico autor, el número 36, se adentra en la historia de los 'Alcaldes de Gijón. Siglo XX'. Son 47 regidores que durante cien años dirigieron los designios de la ciudad, comenzando con Ramón García-Sala y Jove-Huergo, y terminando con Paz Fernández-Felgueroso. Pero la labor de investigación para este trabajo al autor le llevó muchísimos años.
-¿Cómo surgió la idea de hacer este libro?
-Fue hace más de 20 años, pero en realidad viene de muy atrás.
-¿Cómo fue?
-Empecé a colaborar en prensa hace 71 años, cuando tenía 19. Escribía de natación, porque no escribía nadie, y de piragüismo, porque tenía un hermano piragüista. Pero un día, Carmen Manjón, la primera concejala después de la guerra y la única hasta que llegó la democracia, me presentó a un señor mayor que había sido fundador del Grupo Covadonga y alcalde. Era Emilio Tuya, alcalde en la década de 1920 y quien hizo la Pescadería. Yo hice un pequeño reportaje sobre su figura y cuando falleció, un ahijado suyo que se llamaba como él me dio todo lo que tenía sobre Emilio Tuya, documentos, fotografías... e hice un reportaje más amplio. En principio, todo quedó ahí.
-¿Y qué pasó después?
-Con el paso del tiempo, al igual que hago ahora en EL COMERCIO, escribía esporádicamente de un alcalde, de un presidente del Sporting... Y un día me llamó Isidoro Cortina, que era jefe de la Policía Local, que escribió mucho sobre Gijón y tenía un buen archivo de fotos, y me dijo que me iba a dar todo lo que tenía sobre los alcaldes. De ahí, seguí escribiendo, pero sin intención de hacer ningún libro todavía.
-¿Cuándo empezó a coger forma la idea de recopilar la historia de todos estos personajes?
-Cuando dejé la presidencia del Grupo, en el año 2000. Me di cuenta de que había nietos que no sabían que su abuelo había sido alcalde. También de que algunos que fueron importantísimos para Gijón, como García Bernardo o Paulino Vigón, no los conocía casi nadie. Quizá haciendo un poco de Quijote o de justiciero, pensé que no había derecho, porque fue gente que trabajó por esta ciudad, algunos sin cobrar nada y que hasta se pagaban los gastos de taxi. Fue cuando me surgió la idea de hacer un libro y llevo completándolo 23 años.
-¿Ha quedado satisfecho con lo recopilado?
-Me parece que tengo bastante información, aunque ya se sabe que la historia siempre es incompleta, porque te pones a investigar y seguro que encuentras algo nuevo de Felipe II o de Isabel la Católica. Pero llega un momento en el que dices: 'Hasta aquí llegué'. Mi idea fundamental es que la gente conozca los alcaldes.
-¿Cuántos incluye el libro?
-Los del siglo XX son 47, de los 105 que hubo en Gijón desde 1840 hasta ahora.
-¿Por qué desde ese año?
-Fue cuando empezó el concepto de alcalde, con una real orden de Isabel II, porque hasta entonces eran regidores perpetuos que ponía el Rey. Eran militares, marqueses o condes, pero a partir de 1840 Isabel II cambió toda la estructura. Incluso, hubo un tiempo en el que Gijón tenía siete distritos y cada uno elegía a su candidato. Después, entre ellos elegían al alcalde.
-Desde el punto de vista de su investigación, ¿cuál cree que fue el más importante para Gijón?
-Cada época es diferente. Por ejemplo, cuando no había agua en las casas de Gijón, quien la trajo, que fue Claudio Vereterra. Él inauguró la traída, pero otros anteriores ya habían estado colaborando. De la vivencia que yo tengo, creo que José García Bernardo fue un alcalde impresionante para Gijón, y en lo personal tengo que hablar de Tini Areces y Paz Fernández-Felgueroso, que eran muy cercanos, muy gijoneses.
-Llama la atención que en cien años hubiera 47 alcaldes. ¿No se elegían cada cuatro años?
-En el siglo XIX eran cada dos años. Podían repetir, pero no de forma continuada. Hubo un alcalde que lo fue cinco veces, pero a lo largo de 30 años. Hasta que llegó Tini Areces, que fue el primero que estuvo doce años.
-¿Cuándo fue ese cambio de dos a cuatro años de mandato?
-Bien entrado el siglo XX, en la década de 1920.
-Pero en Gijón hubo más alcaldes que los del siglo XX. ¿Ya tiene preparados los del XIX?
-Al libro de los alcaldes del XIX le falta un retoque y, si Dios quiere, saldrá el año que viene. Todo está preparado.
-¿Cuántos son?
-Más de 50.
-Buscar información de esa época no sería fácil...
-Buscar datos del siglo XX es asequible, pero anteriores a 1900 es muy complicado, porque no hay censos municipales. Quien recopiló mucha información fue Eduardo Núñez, que fue archivero municipal. Además, hay otro problema: hoy todo el mundo hace fotos, pero cuando yo era chaval sólo las hacían los fotógrafos de la calle. Si te metes en el siglo XIX encontrar una imagen es muy difícil y más que fotos son dibujos o a lo mejor cuadros de Piñole, Valle, Martínez Marina... Es complicadísimo.
-¿Cómo acometió esa investigación para el siglo XIX?
-Por supuesto, tú no puedes escribir de Gijón sin ver la hemeroteca de EL COMERCIO. Luego, había otros periódicos, que duraban poco y traían dos hojas. También consultaba la hemeroteca de Madrid, la Biblioteca Nacional -donde encontrar algo de Gijón no es fácil-, el Archivo de Historia, el de Bellas Artes... Antes de la pandemia iba a Madrid todos los meses.
-Pero también está el siglo XXI...
-Que son tres alcaldesas. Ya lo tenía preparado, pero como salió Carmen Moriyón tendré que añadir esta segunda etapa suya.
-¿Cuándo se publicará?
-Si el del siglo XIX será el año que viene, el otro, después. En los años actuales hay mucha información, no es lo mismo hacerlo.
-¿Cómo estructura los capítulos de cada alcalde?
-Hay una parte de biografía personal y luego la política. Hay casos muy curiosos, como el de Claudio Alvargonzález que, siendo monárquico, después de que destronaran a Isabel II y echaran al alcalde de entonces, el pueblo en manifestación pidió que él fuera alcalde. Un monárquico elegido por republicanos y liberales.
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