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M. MORO
GIJÓN.
Jueves, 27 de junio 2019, 01:29
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Solvia ha iniciado el derribo de las naves industriales abandonadas de la calle Pavía esquina con Lealtad, en el barrio de El Natahoyo, consideradas desde hace años como uno de los 'puntos negros' urbanísticos de la zona oeste de la ciudad. El Ayuntamiento autorizó la demolición de estas antiguas instalaciones fabriles, además de por su estado ruinoso -que las había puesto en el punto de mira de Disciplina Urbanística- porque en los últimos tiempos las naves se encontraban llenas de okupas.
La parcela en la que se encuentran estas antiguas naves, frente a donde estaba la firma Olmar, fue adquirida en su momento por el constructor José Fresno, que proyectaba levantar allí una de sus promociones. El empresario murió en 2013 y al faltar él se disolvió su empresa constructora, acabando este solar en concreto en manos del Banco Sabadell. El nuevo Plan General de Ordenación (PGO) prevé la construcción en estos terrenos de un edificio de cuatro alturas con tipología de manzana cerrada. Además, el desarrollo de esta unidad de actuación precisa de la presentación en el Ayuntamiento de un estudio de detalle.
Avintia, que está acabando en el solar contiguo un bloque de 67 viviendas, intentó que Solvia le vendiera ese suelo, pero la inmobilaria del Sabadell declinó la oferta ya que quiere promover ella directamente. Su idea, en cualquier caso, no es desarrollar nada aún en El Natahoyo, uno de los barrios en los que más se está notando la reactivación inmobiliaria vinculada a la aprobación del PGO.
Solvia, que recientemente ha sido adquirida por la empresa sueca de gestión de patrimonios Intrum, está en el ojo del huracán en El Natahoyo también por otros motivos. La asociación de vecinos que preside Álvaro Tuero está en pie de guerra contra la empresa comercializadora de vivienda por impedirles, a las puertas del mes de julio, recuperar el acceso directo a la playa de El Arbeyal por la calle Pachín de Melás y el uso ciudadano de las más de 60 plazas de aparcamiento público habilitadas junto a la sede de la Empresa Municipal de Aguas y a lo largo del camino del Lucero. Solvia, según los vecinos, se opone a firmar una recepción parcial al Ayuntamiento de las obras de urbanización del plan residencial de El Arbeyal (PERI 01). Por eso sigue todo vallado, aunque la parte de aparcamientos pegada a la EMA viene siendo utilizada por los trabajadores del Oceanográfico. Según explica Tuero, las zonas verdes «no están consolidadas» (y carecen de aspersores y bocas de riego) y Solvia pretendía que el Consistorio recepcionase toda la obra con el compromiso de arreglar más adelante la parte de los jardines.
Este tira y afloja entre Solvia y el Ayuntamiento, además, ha coincidido con los cambios en el gobierno local. Ahora hacen falta sendos informes de Obras Públicas y de Parques y Jardines para que los vecinos puedan volver a tener acceso directo a su playa este verano con una cédula de ocupación firmada por la alcaldesa. La EMA ya ha cumplido con su parte y ha habilitado un trecho de acceso entre la rampa del Club Santa Olaya y el arenal para salvar las obras del pozo de tormentas.
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