Los sonidos del pozo de tormentas se podrán escuchar en Laboral Centro de Arte

El nombre de la obra, 'Catedral de la lluvia', no puede reflejar mejor la imagen y dimensiones del gran tanque subterráneo -con capacidad para almacenar 16.000 metros cúbicos o, lo que es lo mismo, el volumen de cinco piscinas olímpicas- cuyo suelo está a diez metros de profundidad. Además de lo impresionante de la infraestructura, Palacios reconoce que lo que más le impactó de este trabajo es la cantidad de matices «bellos, increíbles y delicados» que pudo encontrar en los sonidos recogidos por sus equipos de grabación.

«Lo que sucede con los sonidos industriales es que tendemos a asociarlos con el ruido, con algo molesto», pero nada más alejado de la realidad. «Deberíamos verlo como algo estético. Y esa era mi idea cuando comencé este trabajo: poner en valor el patrimonio industrial sonoro porque tiene un gran valor estético, el mismo que pueden tener la arquitectura industrial o la fotografía industrial», defiende.

En las dos horas y media de duración de 'Catedral de la lluvia' hace un recorrido cronológico desde el inicio de los trabajos de excavación en la explanada del parque de los Hermanos Castro hasta la puesta en marcha del depósito de aguas de tormenta, donde uno puede escuchar «cómo el agua corre por el alcantarillado y va llenando el depósito. Cómo éste luego se vacía y se limpia», una operación que se realiza dejando caer de golpe una gran cantidad de agua limpia que arrastra los restos de residuos. Es algo «muy impactante», cuenta.

Al margen de la exhibición de esta obra sonora en Laboral Centro de Arte, Palacios no renuncia a su idea de que pueda ser accesible en el mismo Parque de los Hermanos Castro. Considera que una solución podría ser instalar una placa en la caseta que se construyó como acceso al pozo en la que se incluya un código QR que permita adentrarse en este proyecto inmersivo y sonoro.