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«Las termitas nos están atacando desde principios de año y hemos sufrido daños estructurales muy importantes en el centro social, donde ya han acabado ... con siete puertas de madera que están para tirar. También hay vigas afectadas y parte del mobiliario. Los desperfectos son bastante cuantiosos. Esto tienen que verlo». Ese fue el desesperado mensaje que Bryan Calvo, presidente de la asociación de vecinos de San Andrés de los Tacones, en Gijón, le transmitió a Gilberto Villoria, edil de Infraestructuras Urbanas y Rurales, en una reunión mantenida, ayer por la mañana. La respuesta de Villoria fue inmediata: «El martes que viene visitaré el centro social para comprobar de primera mano los daños causados por la plaga de termitas que está asolando el local social». Los vecinos le agradecieron el gesto así como «la intervención y el tratamiento que desde el Ayuntamiento vienen aplicando hace meses en el inmueble para erradicar la presencia de las termitas en este espacio».
No fue la única demanda trasladada al concejal forista. «Llevamos años pidiendo medidas a la falta de conexión con Gijón», subrayó Calvo. Para el presidente la solución pasa por «habilitar autobuses lanzadera de EMTUSA que nos conecten con Montiana, pero que paren en diferentes puntos de la parroquia: San Andrés, La Reboria y La Melendrera. Hablan de repoblar la zona rural de Gijón pero sin buenas conexiones es imposible y desde luego la línea 24 carece de frecuencias suficientes», subrayó Calvo, quien destacó la buena sintonía con el actual gobierno local. «Nos sentimos escuchados y atendidos y esperamos que el compromiso adquirido por Gilberto Villoria de propiciarnos una reunión antes de un mes con el concejal de Tráfico, Movilidad y Transporte Público, Pelayo Barcia se cumpla», añadió.
Aprovechó el encuentro el presidente, acompañado por otra vecina e integrante de la asociación, María Luisa Muñiz, para «solicitar las obras de alcantarillado necesarias en la parroquia. Llevamos años exigiéndolas y creemos que es una obra pequeña pero que mejoraría mucho la vida de los vecinos», comentó Muñiz. También insistieron en la limpieza y saneamiento del entorno del lavadero y de la iglesia de San Andrés de Tacones, así como del área recreativa que se encuentra colindante al centro social. «Necesitamos que vengan a desbrozar porque muchas zonas y caminos de la parroquia se están convirtiendo en una selva», aseveró Calvo, quien no dejó pasar la oportunidad de reclamar el asfaltado de varios caminos y poner sobre la mesa el peligro de los jabalíes. «No podemos circular por las carreteras sin que aparezca uno», relató.
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