Los terrenos de la ampliación y de La Osa, valorados en torno a 200 euros el metro cuadrado

El valor de los terrenos se determina sobre la base de criterios de mercado, teniendo como referencia los precios del entorno, incluidas zonas logísticas, comerciales o industriales. En cuanto a la lámina de agua, se tienen en cuenta el valor de los terrenos de la zona de servicio, las condiciones de abrigo, la profundidad y la localización.

Pero no solo se trata del puerto de El Musel, sino también de los terrenos portuarios de El Natahoyo, el Puerto Deportivo o los faros de Peñas, Torres, Tazones, Lastres, Ribadesella, San Emeterio, Llanes y Candás, estos dos últimos de carácter urbano.

El muelle Norte de la ampliación es el que tiene un mayor valor, pues alcanza los 200,833 euros por metro cuadrado, seguido por la zona de graneles líquidos de dicho muelle y por La Osa, con 198,488 euros. A partir de ahí los precios son notablemente inferiores, como los 137,535 euros por metro cuadrado del muelle Norte interior, los 91,43 de la zona de la autopista del mar, los 92,211 de Marina Yates o los 56,264 del área de Aboño. La zona en la que se asientan los astilleros en El Natahoyo está valorada en 103,933 euros por metro cuadrado, el puerto local, en 191,919; la playa de El Arbeyal, en 52,357, y la de Poniente, en 124,251. En cuanto a los terrenos de los faros, las valoraciones son muy variadas, como el 1,186 euros por metro cuadrado del de San Emeterio o los más caros, que son los urbanos, con 167,81 euros del de Candás o los 263,59 del de Llanes.

En cuanto a la lámina de agua, la zona de la ampliación supera los 28 euros por metro cuadrado, mientras que el resto del puerto ronda los once euros. También está valorada la zona de fondeo, con 1,422 euros. Todas son unas valoraciones inferiores a las vigentes hasta ahora, cuando los terrenos más valorados alcanzaban los 225,7522 euros por metro cuadrado. Por contra, la lámina de agua se mantiene en similares niveles.

Todos estos precios son muy importantes porque en ellos se basan las tasas que se aplican tanto al buque como a las mercancías y a la actividad. Hay que tener en cuenta que un barco paga, por ejemplo, por cada cien toneladas de registro bruto y por hora, pero tanto por el atraque como por la estancia o el fondeo. También por superficie ocupada en el agua. Lo mismo se aplica al pasaje y a muchos aspectos más. Son los principales ingresos de la Autoridad Portuaria de Gijón y se trata de tasas de ocupación, de utilización (por buque, embarcaciones deportivas y de recreo, del pasaje, de la mercancía, de la pesca fresca y de la utilización especial de la zona de tránsito), de actividad y de ayudas a la navegación. A ello habría que añadir las tarifas por los servicios que se prestaron a los barcos. Hay que tener en cuenta que en 2017 estos ingresos supusieron para el Puerto de Gijón 48,15 millones de euros.

Las tarifas por servicios son muy variadas pues van desde el suministro industrial de agua hasta el eléctrico, pasando por cintas cargadoras, rampas hidráulicas, básculas, recogida de basuras, limpieza, grúas, servicio de prácticos, servicio de amarre, remolcadores, etcétera. Pero al mismo tiempo, los buques pueden conseguir bonificaciones. Así, alcanzan el 40% de tasas del buque y del pasaje para cruceros turísticos con más de dos escalas, para el trafico con carga rodada (ro-ro) y para los grandes movimientos de materiales. En función de distintas condiciones, esas bonificaciones se sitúan entre el 10% y el 40% bien sea en las tasas del buque, las de la mercancía o del pasaje. Por eso, la revalorización efectuada por el Puerto de Gijón determinará en gran medida sus ingresos del año que viene.