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Imagen tomada en su etapa como vocalista de la orquesta Los Parriysh.
Tino Fombona

Tino Fombona

DE SOMIÓ A CIMADEVILLA ·

Un cantante de dos siglos

JANEL CUESTA

Lunes, 28 de marzo 2022, 01:01

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Es del todo imposible sentir la llegada de la primavera y no rememorar los tiempos felices de aquellos cantantes, ya legendarios, que con sus melodías enriquecían las tardes y noches de las salas de fiestas y jardines que poblaba la periferia de la ciudad. Ya saben, El Jardín, Somió Park, Jai-Alai y El Parque del Piles de los hermanos Mario y Emilio Garciablanco, entre otros. Este preámbulo nos da pie hablar de quien podríamos llamar un artista o un cantante eterno, ya que no solo ha resistido el paso del tiempo durante gran parte de dos siglos, si no que ya superados los bien llevados 91 años de vida, sigue fiel a su vocación cantando asiduamente en el mismo lugar donde comenzó, que no es otro que la iglesia parroquial de Santa María de Noreña, donde vino a este mundo un día de San Blas -3 de febrero- del año 1931. Él mismo dice que San Blas le bendijo la garganta al nacer, y la cosa no es para menos.

Aunque nuestro personaje de hoy pasó a la historia como Tino Fombona, su verdadero nombre es Florentino García Fombona y tiene dos hermanas, Angelines y Marichu, hijas de Florentino García y Ángeles Fombona. Su primer colegio fue el de Nuestra Señora de Covadonga, de las HH. de La Caridad, luego pasó a la Fundación Rionda Alonso y se licenció en la Escuela de Comercio en el año 1949. Cumplió con el Servicio Militar con la Milicia Universitaria en Monte de la Reina y lo finalizó de suboficial en el cuartel de Simancas, aunque durante todo ese tiempo ya había obtenido plaza de profesor en la Granja Escuela de Luces en Lastres, ya había jugado al fútbol en el Condal de Noreña, en el Club Siero y en el Vetusta FC, donde renunció a una posible carrera deportiva profesional. Y es que desde que con 12 años comenzara a cantar en el coro parroquial y a actuar en teatro y zarzuela en el Centro de Acción Católica, la constante demanda de la gran mayoría de las orquestas de la región e incluso una breve estancia en Barcelona para grabar varios discos ya presagiaban que el futuro de Tino Fombona estaba en la música y que con sus melodías iba a ser el cantante que marcaría una época, tanto en Asturias como por el resto de la península Ibérica. Así, el eco de su voz, enriquecería orquestas como Los Parrysh, Orquesta Monte y Orquesta Langreana, Conjunto Los Movers, Los Solistas, Orquesta Kristal; hasta llegó a tener su propia orquesta junto con sus hijos, entre los que sobresalió José María 'Chema' Fombona, que llegó a ser uno de los baterías más cotizados de toda la nación, ejerció la docencia en el Conservatorio de Música de Oviedo y falleció en el mejor momento de su carrera musical. Tan triste suceso, con todo el dolor que conlleva, fue un duro golpe para el ámbito artístico asturiano, y sobre todo para la familia que Tino formó con su esposa María Teresa, 'Mayte', Norniella Ordóñez y sus seis hijos; pero la vida sigue y nuestro personaje de hoy también sigue deleitando con su voz a sus innumerables admiradores, que no son de ahora, si no ya de tiempos de míticos artistas con los que Tino Fombona actuó sobre los escenarios, y a los que sobrevive. Alternó con Manolo Escobar, Lola Flores, Manolo Carrizo, Adamo y los también sempiternos Juan Manuel Serrat y el Dúo Dinámico, de tan grato recuerdo, que nos dejaron actuaciones memorables en las tardes y noches de las primaveras y veranos gijoneses de antaño.

Tino Fombona dejó de cantar profesionalmente al cumplir los 78 años y fue requerido para formar parte de la Corporación municipal de su villa natal a lo que llegó a renunciar afirmando que «él estaba allí para trabajar por su pueblo y no para discutir unos con otros todos los días». También fue presidente de la Sociedad de Festejos de Noreña (Sonofe), y como ya dijimos al principio, sigue cantando en 'su' iglesia asiduamente, por que sus vecinos le reclaman en bodas, bautizos, exequias y fiestas religiosas y patronales. Acaban de nombrarle 'Hijo Predilecto' de la Villa Condal, algo que celebran con orgullo sus cinco hijos, repartidos por toda la región, y lógicamente también en Gijón, donde viven algunos de ellos. Su hija es pediatra en el Hospital de Cabueñes, quizá no sea casualidad que lleve por nombre Begoña y su hijo, y nieto de Tino Fombona, es un gran deportista y destacado nadador como también lo es su madre, que ya ha ganado no pocos trofeos compitiendo en el Cantábrico.

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