El traslado de la imagen de La Piedad anticipa las procesiones

El desarrollo de este acto religioso en tiempos de reglamentos de laicidad fue un aperitivo de las procesiones de la Semana Santa con olor a incienso, pero con menos solemnidad y con los cofrades desprovistos de sus hábitos. Sin embargo para decenas de fieles gijoneses fue todo un acontecimiento y, además de seguir el recorrido, lo fotografiaron y grabaron en vídeo con profusión. No en vano fue la primera vez en la historia de la Semana Santa gijonesa que se hizo el traslado público de una imagen religiosa desde que se retomaron las procesiones en la ciudad en 1995. Lo que aquí fue rigurosa novedad se lleva haciendo desde hace años, como manifestación de fe en la calle, en localidades de Andalucía y Castilla y León de forma habitual.

La Piedad, obra del imaginero andaluz Manuel Martín Nieto y entregada en 2005 a la Santa Vera Cruz, descansa durante todo el año en la parroquia del Espíritu Santo de Laviada, pero se acercó la pasada semana a San José para que el traslado no fuera tan largo.

La marcha procesional, organizada por la Hermandad de la Santa Vera Cruz, salió de San José pasadas las seis de la tarde al son del himno de España, interpretado por la Agrupación Sagrado Corazón de Jesús de Oviedo, que se encargó del acompañamiento musical. El recorrido discurrió por las calles de Álvarez Garaya, Felipe Menéndez, Marqués de San Esteban (donde se hizo cambio de porteadores), Jardines de la Reina, plaza del marqués, plaza Mayor y Campo Valdés. Los porteadores de la imagen tuvieron que guarecerse de la lluvia durante un buen rato en el pasadizo que comunica la plaza del Marqués con la plaza Mayor. Allí aprovecharon para secar al Cristo. Con la figura de la Virgen no hubo problema porque el manto que se mojó es distinto del que llevará durante la procesión del Viernes Santo.

Las tres cofradías participantes estuvieron acompañadas durante el traslado público, que duró hora y media, por niños de la cofradía del Niño del Remedio de San Pedro (con capa roja), así como de otras parroquias y cofradías como la Hermandad del Rocío de Gijón. El Ejército estuvo presente con veteranos de la Brigada Paracaidista de Asvepa.

Cerró el traslado de La Piedad al pie de la Cruz, que quedó instalada en primer lugar en el pórtico de San Pedro porque había misa de siete y posteriormente se dejó situada en la bajada a las criptas, un concierto de música cofrade de la agrupación musical ovetense en el templo de Cimavilla.