Instalaciones del Hogar de San José en la calle Mariano Pola (Gijón), donde serán reubicados los hombres del Albergue Covadonga. Juan Carlos Román

Los vecinos de El Natahoyo, en Gijón, divididos por la llegada de los usuarios del Albergue Covadonga

Algunos apelan a la convivencia mientras otros muestran inquietud por su presencia en zonas habitadas por menores en el entorno del Hogar de San José

María Agra

Gijón

Jueves, 23 de octubre 2025, 09:35

División de opiniones entre los vecinos y comerciantes del barrio de El Natahoyo, en Gijón, tras conocer que los usuarios del Albergue Covadonga serán trasladados al Hogar de San José durante los dos años que durará la reforma integral del edificio. La Compañía de Jesús en Asturias y el Hogar de San José han llegado a un acuerdo con la Fundación Municipal de Servicios Sociales para alquilar sus espacios en las calles de Vicente Jove y Mariano Pola y que estos puedan ser utilizados provisionalmente por los usuarios del Albergue.

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Las antiguas instalaciones del Hogar de San José, vacías desde hace un año, serán utilizadas para el alojamiento de los hombres, mientras que el edificio de Vicente Jove dará cobijo a las mujeres. Esta medida ha despertado el debate entre los vecinos de la zona, que por un lado apelan a la solidaridad y la convivencia y, por otro, muestran su preocupación por la presencia de usuarios en zonas habitadas por muchos menores.

«A mí no me molestan ni gota. El mundo es de todos y tenemos que convivir», afirma Conchi Granados, vecina de toda la vida que pone de ejemplo su experiencia con otros colectivos. «También está Proyecto Hombre y no molestó nunca», remarca.

En la misma línea se expresa José Enrique Martínez, otro vecino que considera que «habrá que darles una oportunidad». A su juicio, «lo que pueden hacer allí dentro lo pueden hacer en cualquier esquina, además se supone que habrá vigilancia y estarán separados de los menores».

«Se van a quedar aquí»

Pero no todos lo ven con tanto optimismo. Para Carlos Pienko, empleado del estanco ubicado enfrente del Hogar, la convivencia con los niños y los vecinos es lo más importante. «Si va a causar un perjuicio al barrio, que es un lugar muy tranquilo, entonces no lo veo bien», indica.

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También hace alusión a la complejidad del asunto Carlos Noguerol, del taller mecánico El Gallego. «Todo el mundo va a decir que no los quiere cerca, pero en algún sitio tienen que estar. Ahora bien, no me parece adecuado tenerlos junto a esos niños, que están en una edad en la que absorben todo lo que ven. Muchos usuarios no son personas apropiadas para convivir cerca de ellos», apunta. Además, recalca que «este es un barrio tranquilo y a la gente no le gusta que haya follones».

Algunos vecinos temen también que esta medida provisional se convierta en defintiva. Es el caso de Helga Martín, de la cafetería Distrito 45: «Me parece mal que vengan porque van a venir y se van a quedar. Con los pisos de lujo que están haciendo junto al Albergue está claro que no van a volver para allá», expone. «Habrá broncas y, con los críos, no lo veo normal». Incide en lo mismo la vecina Lina Ortiz: «Llevarlos donde hay niños no es lo más adecuado. Se pasarán el día en la puerta».

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