«Vemos positiva la limpieza, pero el problema no se va a subsanar»
Vandalismo. Los vecinos de Cimavilla consideran que acabar con las pintadas requiere «mano dura» con los autores
En las paredes, en la piedra, en las puertas, en papeleras, en cristales y, en ocasiones, hasta en el suelo. Cimavilla sufre una plaga de pintadas a las que la Empresa Municipal de Mediambiente Urbano de Gijón (Emulsa) comenzó a poner fin ayer. A pesar de que los vecinos están «contentos porque se retome esta labor», creen que «el problema no se va a subsanar».
Todo este batiburrillo de pintadas «queda muy feo», sentencia Irene Martínez. Por eso está «muy a favor» de que vuelva la limpieza, suprimida dos años atrás. «Todo lo que sea que esté más limpio, es mejor, sobre todo para la gente que venga de fuera».
Alfredo Sánchez vive en Cimavilla desde hace 20 años. «Antes era distinto», afirma. A él, las pintadas le afectan directamente: «En mi edificio están en el zócalo, y se quitan fatal». Pero no solo eso, «un día nos pintaron hasta el portal», dice enfadado. Una situación «horrible, parece que tenemos a todos los pintores (y malos) en el barrio».
Irene MartínezVecina«Estoy a favor, si está todo más limpio, mejor. Hace que el barrio tenga mejor aspecto y esto sirve para atrae más a la gente»Pedro FervenzaVecino«Cada día el barrio está peor. La solución no es quitar las pintadas, sino aplicar mano dura con los que hacen las pintadas»Manuel VallésLos Caracoles Viavélez «Me parece bien la iniciativa porque hay grafitis y grafitis. Si soy turista y veo estas pintadas feas me quejaría»Sergio ÁlvarezAsociación vecinal Cimavilla«Necesitamos una práctica transversal en el barrio que ayude a evitar el vandalismo que viene mucho del ocio nocturno»Alfredo SánchezVecino«Tengo pintadas en el edificio ahora mismo, un día hasta nos pintaron la puerta. Da la impresión de que está abandonado»
Los grafitis hacen que dé «la impresión de abandono». Sánchez señala una pared de la calle Rosario; «ahora está limpia, pero dentro de unas semanas estará igual». Cree que con esta limpieza «vamos a dar trabajo, pero no va a mejorar nada». Para él, el problema va más allá: «No se castiga a los que realizan los dibujos». Y por tanto reincidirán.
De la misma opinión es el vecino Pedro Fervenza. «No es que lo quiten, la cuestión es que no vuelva a pasar», sentencia. Con la situación en la que se encuentra actualmente sumida Cimadella, «en vez del barrio histórico parece un suburbio». Por eso pide «mano dura» con los autores.
La situación afecta además al turismo. «Hay turistas que vienen de tour y les parece guapo Gijón, pero de repente ven lo que tenemos aquí y es una decepción», señala. Los negocios también apoyan esta iniciativa. «Hay grafitis y grafitis. Si soy turista y veo estas pintadas feas me quejaría», dice Manuel Vallés, dueño de Los Caracoles Viavélez, en Óscar Olavarría. Aunque su negocio mantiene el azul intenso intocable, enfrente la Fundación Alvargonzález está plagada de estas pintadas.
Emulsa solo actuará en las comunidades y locales que lo soliciten. La asociación de vecinos colaborará «para ayudar a los propietarios en las pautas a seguir», explica su presidente, Sergio Álvarez. Y aunque ve «positivo» lo que está haciendo, añade: «Necesitamos una práctica transversal en el barrio y evitar el vandalismo, que viene principalmente de la noche». Para ello, hoy desarrollarán un proceso participativo (Cimavilla abierta) sobre ocio nocturno en el que están invitados vecinos y políticos para «ver qué medidas se pueden tomar y que se tome en serio».
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