«Los veteranos del Grupo son un pilar fundamental de su funcionamiento»
La entidad deportiva celebró una jornada de homenaje y premió a Ramón Rubiera y Teresa Valdés, la socia más longeva
El Grupo cuida de sus socios más veteranos, la mayoría de ellos miembros de la entidad desde sus inicios. Todo son anécdotas y también ideas ... para mejorar las instalaciones cuando los veteranos se reúnen. «Sois un pilar fundamental del club», les dijo Joaquín Miranda, presidente de la entidad. «Nos sentimos queridos y arropados», aseguró Lisardo Argüelles, presidente de la asociación de veteranos.
El encuentro entre los veteranos reunió a Janel Cuesta, Ángel Cuesta, Antonio Tamargo y Antonio Corripio, todos ellos expresidentes de la entidad. Tras hacerse una fotografía junto al busto de Jesús Revuelta, recorrieron las instalaciones de la sede de Las Mestas. «Sabe Miranda que nos tendrá a su lado durante los cuatro años de renovación que debe afrontar en su mandato», comentaban los veteranos a su paso por el 'Pabellón Verde'.
«Es de agradecer que todas las directivas nos tengan en cuenta en la toma de decisiones. Somos veteranos y expertos, por lo que sabemos lo que puede ser bueno para nuestro querido club», apuntó Argüelles.
Durante el encuentro se premió por su veteranía a Ramón Rubiera y Teresa Valdés, quien es actualmente la socia más longeva de la entidad. Conocida como Marieta, fue pionera del deporte femenino en la ciudad cuando en 1962, con diez años, se convirtió en la primera socia del Real Grupo de Cultura Covadonga. Desde entonces no ha dejado nunca el deporte y continúa con un día a día activo porque asegura que el deporte es su «vida».
Se recordó a Roberto Entrialgo, Alberto Cortina, Francisco Bergés, Adelino Lorenzo, Ángel Hernández y María Teresa Tonda, todos ellos socios del Grupo fallecidos en el último año. «De lo que más orgulloso me siento es de tener el apoyo de los veteranos. Deben saber que contamos con ellos y que estamos muy felices», dijo Miranda.
La jornada terminó con una comida en el restaurante Molino Viejo, donde, de nuevo, no faltaron las anécdotas y recuerdos.
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