Vuelven las misas con mascarilla y la paz «a la japonesa»
Las iglesias ofrecen gel en la entrada y la comunión pasa a ser siempre en la mano. Las homilías apelan a «dar la talla como cristianos» ante la crisis
MARÍA CIDÓN KIERNAN
GIJÓN.
Lunes, 18 de mayo 2020, 00:20
El saludo de la paz se hace «a la japonesa» y la comunión se da solamente en mano, recordó Javier Gómez Cuesta, párroco de la iglesia de San Pedro, quien usó la mascarilla durante toda la misa dominical del mediodía, la primera dedicada a los niños que se ha podido celebrar desde que comenzó el estado de alarma.
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Una treintena de fieles lo escuchaba desde los bancos, donde solo podían sentarse dos personas a más de 1,5 metros de distancia y separadas por un banco intermedio sin uso, todo ello indicado con marcas para evitar confusiones. Los voluntarios de la iglesia recibían a los asistentes a la entrada, les ofrecían el gel desinfectante y les indicaban en qué banco podían sentarse. El ritual de la comunión fue ordenado, empezando por los de las últimas filas. Todos fueron a comulgar por el pasillo central y regresaban por los laterales para evitar cruzarse con otras personas. Gómez Cuesta recordó a todos aquellos que no podían acudir a la misa, a las personas enfermas y a quienes la seguían desde Youtube, una forma de llegar a los fieles que ya existía antes de la pandemia, pero que ha resultado aún más útil en esta etapa.
«España está triste»
«España empieza a estar triste, lo escuché esta mañana en la radio. Debemos dar la talla como cristianos y pedir fuerza al espíritu santo», dijo el padre José Manuel Vázquez durante la homilía en la misa de la una y cuarto de la basílica del Sagrado Corazón, la 'Iglesiona', a la que acudieron menos de 40 personas, todas con mascarillas y muy separadas unas de otras. En ese «dar la talla como cristianos», el sacerdote también recordó a los autónomos que han pasado dos meses sin poder trabajar, y a quienes «si podemos, debemos abrir la cartera y darles esos 50 euros», sugirió el padre.
Eduardo Zulaiba, de la parroquia de Fátima, en La Calzada, reconoce que la gente está «respondiendo bien» ante las medidas de seguridad durante los cultos. El promedio de asistencia a sus misas es de unas 30 personas, aunque el aforo permite hasta 110 asistentes. Muchos la siguen desde Facebook, dice, pero «otros deseaban encontrarse y ha sido una alegría muy grande».
No asistir por precaución
En San Julián, en Somió, la asistencia fue similar, aunque el párroco, Luis Muiña, reconoce que «los obispos recomendaban no asistir, así que está bien que la gente no acuda si tiene temor y también por precaución».
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