Borrar
Urgente Se desata un incendio en un bloque de viviendas de La Corredoria, en Oviedo
El ministro de Hacienda británico, Kwasi Kwarteng, gesticula este lunes durante una entrevista en televisión. Toby Melville / REUTERS
El Gobierno británico da marcha atrás y no rebajará los impuestos a los ricos

El Gobierno británico da marcha atrás y no rebajará los impuestos a los ricos

El ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, se libra de la «horrible distracción» moral y persistirá en su doctrina para el crecimiento

íñigo gurruchaga

Corresponsal. Londres

Lunes, 3 de octubre 2022, 09:10

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El ministro británico de Hacienda, Kwasi Kwarteng, no implementará la reducción -del 45% al 40%- del tipo fiscal para las rentas que superan los 170.000 euros, que había anunciado hace diez días. «¡Menuda jornada!», exclamó después, cuando subió al escenario de la conferencia del Partido Conservador para pronunciar su discurso. «¡Ha sido dura!».

Con evidentes carencias en el sentido de la proporción, calificó después como «pequeña perturbación» que el minipresupuesto que incluía esa reducción fiscal provocase un descenso histórico de la libra, la caída de los precios de bonos del Estado, la retirada de ofertas de préstamos hipotecarios por los bancos. La intervención del banco central evitó quiebras de fondos de pensiones.

Hay calma en los mercados de capitales, pero no tiene nada que ver con el abandono de la reducción fiscal. La recaudación que perdía el Tesoro era de unos 2.000 millones. La perturbación se debió a que el Gobierno recurría al préstamo para financiar reducciones fiscales que sumaban unos 45.000 millones. Otros 65.000 se destinarán en los próximos seis meses a congelar los precios de la energía.

El Reino Unido tiene la segunda deuda más baja entre los países del G7. Si se acepta el pronóstico de que el programa protector de los precios de la energía costará finalmente unos 170.000 millones, supondría en torno al 6% del PIB anual. Kwarteng no midió bien el estado de ánimo de financieros, que ya esperaban una caída de la libra ante la fortaleza del dólar y la lentitud en la subida del tipo de interés de la libra.

«Estábamos escuchando y hemos escuchado», dijo a la asamblea tory, reunida en Birmingham. Hay algo de comedia en este inicio calamitoso del Gobierno de Liz Truss, obligado a dar una pirueta por la rebelión de sus diputados. Uno tras otro afirmaban el domingo que no apoyarían al Gobierno cuando sometiese a voto la presuntamente inmoral reducción de impuestos a las mayores rentas.

«Humilde y contrito», según sus propias palabras, el ministro Kwarteng no abandona ninguno de los principios de su «plan de crecimiento». Reducirá impuestos tras librarse de la «horrible distracción» del ahora abandonado, creará zonas especiales de desarrollo con beneficios fiscales y menos regulaciones, apartará al Estado de la construcción de viviendas, exigirá a los sindicatos que sometan a votación las ofertas de las empresas antes de convocar una huelga.

Disciplina fiscal

El programa electoral que presentó Boris Johnson en 2019 era ecléctico, como el líder y se centraba en la consumación del Brexit. Ahora, con el apoyo de 81.326 miembros del Partido Conservador que votaron por ella en agosto, Liz Truss gobernará siguiendo una doctrina económica en la que cree firmemente. El objetivo es crecer 2,5% del PIB cada año. Y solo será sostenible, según Kwarteng, con disciplina fiscal.

Una diputada conservadora, Nadine Dorries, ha recomendado a Truss que convoque elecciones. Otra, firme 'brexiter', Esther McVey, le ha advertido de que no tolerará recortes de subsidios sociales. Uno de los grandes donantes del partido, Lord Cruddas, con fortuna como jefe de un mercado de intercambios financieros, pide a Truss que «haga lo correcto»; es decir, repescar como líder a Johnson-que lo nombró lord- y apartarse ella a una posición más modesta.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios