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EE UU e Irán se cruzan misiles verbales

EE UU e Irán se cruzan misiles verbales

El presidente iraní ve «retraso mental» en la Casa Blanca y Trump promete a Teherán «fuerza abrumadora» si se le ocurre atacar

mikel ayestaran

Martes, 25 de junio 2019, 07:51

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La política del palo y la zanahoria que aplica Donald Trump con Irán logró acabar con la paciencia del presidente Hasán Rohaní, que dejó por un instante su imagen de 'moderado' para decir que «esta Casa Blanca tiene un retraso mental. No sabe qué hacer». Estas palabras «muy ignorantes e insultantes» no tardaron en llegar a oídos del presidente estadounidense, que estalló con una serie de mensajes en Twitter en los que mostró músculo y advirtió a Teherán de que «cualquier ataque contra intereses estadounidenses se topará con una fuerza grande y abrumadora. En algunos ámbitos, abrumadora significará la erradicación. ¡No habrá más John Kerry ni Obama!».

Rohaní no habló en ningún momento en términos bélicos, pero Trump le respondió apelando a la potencia de su país ya que los iraníes «lo único que entienden es la fuerza y el poder y EE UU es de lejos la fuerza militar más poderosa del mundo, con 1,5 billones de dólares invertidos solo en los últimos dos años». Un cruce de mensajes que no ayuda a calmar una situación cada vez más tensa.

El palo estadounidense son las sanciones que impone a la república islámica desde que Trump se retiró de forma unilateral del acuerdo nuclear, las últimas directamente contra el Líder Supremo; la zanahoria, la repetida apelación al diálogo para alcanzar un nuevo pacto. «Al mismo tiempo que llaman a negociaciones, ¡buscan sancionar al ministro de Relaciones Exteriores! Es evidente que mienten», declaró Rohaní, en referencia a la última ronda de castigos que afectan al ayatolá Alí Jamenéi y al jefe de la diplomacia y arquitecto del pacto nuclear, Javad Zarif. Estas medidas impiden a estos dirigentes viajar a EE UU o usar el sistema bancario internacional y son más simbólicas que prácticas. El portavoz de Exteriores, Abás Musavi, lamentó que estas decisiones «cierran de manera permanente la vía de la diplomacia».

Después de unas semanas marcadas por el ataque a seis petroleros en el Golfo de Omán, de los que Washington y Teherán se acusan mutuamente, el derribo de un dron estadounidense por parte de la república islámica la semana pasada estuvo a punto de provocar una gran operación de represalia que Trump abortó en el último momento.

Irán denunció que el aparato violó su espacio aéreo y Rusia confirmó esta versión en la cumbre trilateral de seguridad que rusos, estadounidenses e israelíes celebraron en Jerusalén. Con la guerra de Siria y la presencia iraní en la frontera norte de Israel como telón de fondo, el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolái Pátrushev, aseguró disponer de pruebas de que «este dron se encontraba en el espacio aéreo iraní», algo que EE UU niega. John Bolton, enviado de Trump a la cita, adelantó que piensan mantener «la campaña de presión máxima» sobre unos iraníes que «acabarán en la mesa de diálogo».

El Ministerio de Exteriores ruso calificó las últimas sanciones de Trump como «imprudentes» y «desestabilizadoras» y le acusó de «cortar» las vías de negociación sobre un acuerdo nuclear que cada vez es más papel mojado. La alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, aseguró que la UE hace «todo lo posible» para mantenerlo vivo, pero desde Bruselas no llegan medidas prácticas que ayuden a los iraníes a superar el castigo de Trump. Irán presiona con el anuncio de que dejará de cumplir algunos de los compromisos acordados y el 7 de julio presentará nuevas medidas que se sumarán a las que ya están en marcha, como la de rebasar el límite de los 300 kilogramos de uranio enriquecido almacenado.

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