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Quien juega a la Lotería en Hamburgo hoy en día lo hace según las normas de los nazis que aún no han sido suprimidas.
Alemania purga la 'herencia legal' nazi

Alemania purga la 'herencia legal' nazi

Un equipo de juristas e historiadores trabaja en la eliminación de normas redactadas durante el régimen de Hitler que siguen en vigor en la actualidad

Juan Carlos Barrena

corresponsal en Alemania

Domingo, 3 de octubre 2021, 00:36

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Cuando hace ya más de tres cuartos de siglo del suicidio en el búnker de la cancillería del dictador Adolf Hitler y de que las cuatro potencias vencedoras de la II Guerra Mundial anularan la 'Ley Habilitante de 1933' y los decretos que dieron poderes absolutos al régimen nacionalsocialista, continúan en vigor en Alemania reglas y normativas de la época nazi y que generalmente tienen un marcado trasfondo antisemita. Es el caso de la 'Ley para el cambio de apellidos y nombre' de 1938, aunque a día de hoy su contenido sea interpretado de forma diferente. Pero cuando fue aprobada, nada más comenzar la persecución y exterminio de los judíos, su significado fue determinante para marginar y expropiar a los ciudadanos de religión semita. Hasta el punto de que su publicación en el boletín legislativo del Reich, no se hizo bajo el epígrafe de «cambio de nombre», sino de «judío».

Esa ley permitió al Ministerio del Interior nazi obligar a los ciudadanos de origen judío a añadir a sus nombres propios el de Israel o Sara y hacer su religión más fácilmente identificable en sus documentos personales. Aunque ese apartado específico fue anulado tras la derrota del nazismo por el Consejo de Control Aliado, la ley para el cambio de nombre y apellidos sigue siendo válida, pese a estar sembrada de términos nazis como 'Reichsregierung' (Gobierno del Reich), que nada tienen que ver con la terminología actual de la legislación de la República Federal de Alemania. El caso es que quien quiere cambiar de nombre o apellidos en el país germano se ve confrontado con una ley de motivación antisemita, una afrenta no solo para los ciudadanos de religión judía.

Al menos 29 leyes del actual Código de Derecho Civil alemán fueron redactadas durante el nacionalsocialismo y conservan la terminología de la época, según un minucioso estudio realizado por la oficina del Comisario Federal contra el Antisemitismo, Felix Klein. Su equipo de historiadores y expertos jurídicos tiene la misión de ayudar a eliminar de toda la legislación, normativas y reglas vigentes hasta la última huella de la discriminación.

Para Klein «la 'Ley para el cambio de apellidos y nombre' es la más monstruosa». Cuando entró en vigor en 1939 se les dio a los judíos un mes para registrar su 'nuevo' nombre, bajo amenaza de pasar hasta seis meses en la cárcel si no lo hacían. De poco sirvió a muchos cumplir con la legalidad, ya que la gran mayoría fueron luego asesinados en los campos de concentración y exterminio, como el de Auschwitz.

Klein ha descubierto que continúan en vigor una amplia gama de normas dictadas entre 1933 y 1945 –los 12 años de existencia del genocida régimen nazi–, redactadas en un contexto problemático y con textos más que polémicos. Como es el caso de la ley de médicos homeopáticos –creada para marginar a los facultativos judíos–, la normativa para el funcionamiento de los casinos o incluso la ley para la asistencia legal germano-griega en derecho civil. Para el comisario federal es necesario hacer una depuración de los textos y corregir su redacción. Una limpieza que evite situaciones como la de que el titular de Interior sea el sucesor legal del ministro del Interior del Reich, el criminal de guerra Wilhelm Frick, ejecutado en la horca tras los procesos de Nuremberg en 1946.

El norte, el más afectado

Las reliquias legales del nacionalsocialismo, sobre todo en las legislaciones regionales o municipales, son más frecuentes en el norte del país, las zonas de ocupación británica y estadounidense tras la guerra. «Los franceses y los soviéticos fueron mucho más severos e intransigentes», asegura Gerhard Stuby, experto en derecho internacional. Por ello, y pese a las leyes aprobadas en 2002 y 2009 por el Parlamento federal para corregir las injusticias judiciales, quien juega a la lotería en Hamburgo o corta el seto de su jardín en Bremen, lo hace aún según las normas de los nazis.

No sucedió lo mismo con la desaparición en 1990 de la República Democrática Alemana y la integración de su territorio en la República Federal. Mientras esta última asumió la sucesión legal del Tercer Reich, la eliminación del derecho y la justicia de la RDA quedó establecida en el tratado para la reunificación del país. De modo que de la época nazi se conservó en materia legal todo lo que no fue abolido o anulado, mientras de la RDA solo aquello que la RFA quiso asumir. Y eso fue muy poco.

Dian Schefold, catedrático de Derecho Público de la Universidad de Bremen, explica que el origen del problema de la «herencia nazi» en las leyes alemanas está en que no hubo una «hora cero» para la justicia al acabar la guerra. Claro que se abordó la anulación y corrección de la legislación, pero no entre los juristas, señala Schefold al recordar que la gran mayoría de éstos habían servido a la justicia nazi y continuaron ejerciendo tras la derrota de Hitler.

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