Borrar
Boris Johnson prepara su intervención en la conferencia anual conservadora. AFP
Mánchester, una división que Boris Johnson no curará

Mánchester, una división que Boris Johnson no curará

La gran metrópoli de la primera ciudad industrial tiene áreas con sentimientos fuertes y opuestos sobre el 'brexit'

Iñigo Gurruchaga

Mánchester

Martes, 1 de octubre 2019

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Boris Johnson cerrará este miércoles con un discurso la conferencia anual conservadora, que se celebra en el centro de una metrópoli que es una maqueta de la política del 'brexit'. En el Gran Mánchester, el voto por la permanencia en el referéndum de 2016 ganó en lugares más optimistas sobre su futuro y perdió donde hay sentimiento de decadencia y abandono.

La creación de grafeno jutificó en 2010 el vigésimo quinto premio Nobel para personal de la Universidad de Mánchester, compartido entre Konstantin Novoselov y Andre Geim. En el campus hay Instituto Nacional del Grafeno y un centro de ingeniería aplicada y se está construyendo un monumental laboratorio para investigación de materiales. La gente tiene prisa- el tiempo es frío, con viento y lluvias-, pero se detiene al fin un profesor del vecino Instituto Alan Turing, matemático célebre por descifrar los mensajes del Ejército nazi. «Ocurra lo que ocurra, todo seguirá igual», es su evaluación críptica del 'brexit'. Y luego se explica: «Si nos vamos seguiremos en un limbo y si nos quedamos también».

Hay que insistir para que deshile esa lógica sintética: «Hemos pasado un tiempo demasiado largo en esta confrontación como para que una decisión evite que pasemos mucho más tiempo divididos». Compone sin embargo con claridad su opinión sobre Boris Johnson: «Creo que será difícil encontrar en nuestra historia un primer ministro peor».

Sentada en la esquina de una mesa corrida, de espaldas a una puerta por la que entra un huracán frío cuando la dejan abierta los clientes, sorbe sopa caliente una estudiante italiana de Historia del Arte. Cree que la gente se replantea ahora el 'brexit', por tener más conocimiento. Cuando se le apunta que los sondeos no detectan un enorme cambio, reconoce que ella no conoce a nadie que quiera marcharse de la Unión Europea.

Es su experiencia de la Universidad y de una ciudad que no es racista, aunque achaque el 'brexit' al efecto de echar la culpa a otros. ¿Por qué la gente de la vecina Salford votó por el 'brexit'? «No está en la naturaleza humana elegir la incertidumbre», sentencia. «Hay que entenderlo como un grito de los más pobres para que las cosas cambien». Odia a Johnson, pero cree que es un gran orador y comunicador.

La dudas de los políticos

En el centro de Mánchester se cruza un puente sobre el canal que llevaba manufacturas y combustible a las dársenas de Salford desde las minas y fábricas de la gran connurbación y pronto se camina por Chapel Street, la primera calle con iluminación de gas en la historia humana. En torno a las dársenas se ha levantado una Media City, con estructuras nacionales de la BBC, museos, viviendas y hoteles lujosos.

En ese barrio ganó la permanencia y se ha hablado ya de bautizarlo como el nuevo centro de la ciudad de Salford. En busca de los votantes por la marcha hay que encaminarse hacia el centro comercial, anunciado con grandes letras incrustadas en la fachada de una torre de unas treinta alturas, de hormigón gris, en una extensa urbanización bruta, sin alma.

Guarecida tras la puerta de una galería comercial a la espera de su autobús, una mujer de unos setenta años: «Yo pensé que había que quedarse, pero la gente votó por la marcha y ahora los politicos no saben qué hacer». ¿Qué deberían hacer? «Subir los impuestos a los ricos para pagar hospitales y escuelas. Tienen tres casas, yates, se llevan el dinero fuera y no vuelve. Los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres».

En busca ya desesperada de un votante por el 'brexit', hay que recurrir a estereotipos. Hombre joven, chándal, de compras a las 15.45 con un niño en la silla: «No me importa nada todo eso, tío. Es una mierda». «No puedo, mi amor, estoy trabajando», dice en su huída una mujer muy maquillada y fumadora. Al fin un hombre de unos cuarenta confiesa: «Yo voté por la marcha, sí. No veo por qué tenemos que pagarles tantos millones cuando ya llevamos nuestras empresas allí. Pero nosotros no tenemos voz. Johnson no me gusta, tuvo una buena educacion pero no me gusta. Al final harán que nos quedemos, no tenemos voz».

Oferta final para la salida de la UE

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, desvelará este miércoles su oferta final a la Unión Europea (UE) para alcanzar un acuerdo en torno al 'brexit' y mantendrá que el 31 de octubre es la fecha final para ello.

El 'premier' aprovechará su discurso ante la conferencia del Partido Conservador para reiterar que el 'brexit' «se puede, se debe y se hará» el 31 de octubre, según extractos del texto difundidos por su oficina y recogidos por los medios británicos.

«Los votantes están desesperados por que nos centremos en sus otras prioridades. Lo que la gente quiere, tanto los que apuestan el la salida como por los que quieren quedarse, lo que toda la gente quiere, es pasar página», dirá.

«Por eso vamos a salir de la UE el 31 de octubre. Hagamos realidad el 'brexit'», subrayará el primer ministro británico, tal y como ha recogido la cadena de televisión local ITV.

Asimismo, Johnson hará hincapié que «tras tres años y medio la gente está empezando a pensar que están siendo tomados por estúpidos». «Están empezando a sospechar que hay fuerzas en este país que simplemente no quieren que el Brexit se haga realidad», dirá, según Reuters.

Johnson llegó a Downing Street en julio bajo la promesa de sacar al país de la UE el 31 de octubre «con o sin acuerdo» de por medio. A un mes de esa fecha, y pese a una ley que teóricamente le obligaría a pedir una prórroga, la salida desordenada sigue sin estar descartada al cien por cien.

El Gobierno británico ya ha solicitado dos aplazamientos de la fecha de salida, prevista inicialmente para marzo. Sin embargo, Johnson ha advertido por activa y por pasiva de que no seguirá el mismo camino que su predecesora, Theresa May, y que está dispuesto a cumplir a cualquier precio el mandato surgido del referéndum de junio de 2016.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios