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Salah Abdeslam, en el banquillo. Efe

Salah Abdeslam: «Mi silencio no me hace culpable ni criminal, es mi defensa»

El único terrorista superviviente de los atentados del 13-N de París es juzgado por un tiroteo tres días antes de ser detenido | El acusado se encomendó a Alá ante el tribunal

ADOLFO LORENTE / agencias

Corresponsal en Bruselas

Lunes, 5 de febrero 2018

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Salah Abdeslam, quiense fuese durante 126 interminables días el hombre más buscado de Europa al convertirse en el único terrorista vivo de la matanza de París ocurrida el 13 de noviembre de 2015 se ha sentado en el banquillo del Palacio de Justicia de Bruselas a primera hora de la mañana para comenzar a rendir cuentas con la justicia. No sobre lo ocurrido en París, que dejó 130 muertos, sino por un tiroteo con la Policía ocurrido el 15 de marzo de 2016 en la comuna de Forest, tres días antes de ser finalmente detenido y una semana antes de la masacre de los atentados de Bruselas. Un sangriento 22-M que dejó 32 víctimas mortales.

El 'hombre más buscado' exigió que no fuera ni grabado ni fotografiado y así ha sido. Buen día para que los dibujantes se reivindiquen. Tiene el pelo largo, barba poblada… Y sigue igual de mudo que el primer día ya que se ha negado a contestar en la primera sesión de un juicio que se prolongará durante toda la semana entre excepcionales y fortísimas medidas de seguridad. Más de 200 policías y militares han convertido el Palacio de Justicia en un fortín.

"No deseo responder a ninguna pregunta (...). Se me acusa, aquí estoy. Mi silencio no me hace culpable ni criminal, es mi defensa", dijo el presunto yihadista, de 28 años. El acusado dijo constatar que "los musulmanes son juzgados y tratados de la peor manera, sin piedad" y se encomendó a Alá ante el tribunal. "No tengo miedo de usted, ni de sus aliados. Tengo confianza en Alá", dijo Abdeslam en su primera comparecencia en público desde que fue detenido en marzo de 2016, cuatro meses después de participar en los ataques que dejaron 130 muertos en París.

El Tribunal había recordado antes del interrogatorio que el acusado, de nacionalidad francesa y origen marroquí, no está obligado a responder, pero que en caso de hacerlo debía contestar él personalmente y no a través de su abogado.

'No me acuerdo de casi nada, sólo de aquello que me interesa'

Antes que a Abdeslam, el proceso arrancó con un interrogatorio del tribunal a Sofien Ayari, tunecino, de 24 años y también involucrado en el tiroteo en el que un tercer cómplice resultó muerto, el argelino Mohamed Belkaid. Ayari sí ha decidido contestar a las preguntas de la juez. A su modo, eso sí, porque parece sufrir el síndrome tan extendido del 'no me acuerdo de casi nada, sólo de aquello que me interesa'. Ambos están acusados de intento de asesinato de policías y de tenencia de armas prohibidas en contexto terrorista.

Ayari respondió parcialmente a las preguntas sobre sus diferentes alias, su escolarización en Túnez, el entorno religioso en el que se educó de niño y dijo no considerarse "un radical" en su modo de entender la religión. Esencialmente en francés, con la ayuda puntual de un intérprete de árabe, también relató brevemente su paso por Siria a las órdenes del grupo terrorista Daesh y su llegada a Bélgica tras pasar por Grecia y Alemania. No sabía o no se acuerda, dijo, quién pagaba el alquiler de los lugares donde se alojó en Bruselas, ni tampoco por qué en esos inmuebles había armas o detonadores. "Después de uno o dos años es normal que no me acuerde de todo", respondió Ayari, quien dijo no estar de acuerdo "al cien por cien" con Daesh y defendió al grupo terrorista en su combate contra el régimen sirio de Bachar Al Asad, aunque declinó responder si apoya los atentados yihadistas fuera de territorio sirio, pese a la insistencia del tribunal.

Sobre el tiroteo en cuestión, Ayari aseguró que no disparó y que tampoco vio que Abdeslam lo hiciera. El único que apretó el gatillo contra la policía, según su relato, fue el fallecido Mohamed Belkaid, pese a que los expertos establecieron que los terroristas utilizaron al menos dos armas en la refriega. Y sus propias huellas y restos de ADN en la empuñadura se explican porque tocó el arma antes del tiroteo. Tampoco aclaró qué hacía en Bélgica en 2016, más allá de decir que se trataba de una estancia temporal y que su intención era regresar a las filas de Daesh en Siria, ni cómo consiguió documentación falsa.

El tiroteo por el que se juzga a Abdeslam y Ayari hasta el próximo viernes, con jornada de descanso el miércoles, ocurrió el 15 de marzo de 2016, cuando varios policías belgas y franceses, tres de los cuales resultaron heridos, intentaron detenerlos cuando se escondían en un apartamento de la comuna bruselense de Forest. Tres días después de esa refriega, la policía atrapó a Abdeslam en Bruselas y puso fin a los cuatro meses de huida del terrorista más buscado de Europa desde su participación en los atentados de París. Cuatro días más tarde otros tres integrantes de la misma célula terrorista atentaron contra el metro y el aeropuerto de Bruselas, asesinando a 32 personas.

Duerme en Francia

Durante el juicio, el presunto terrorista no pernoctará en Bélgica, sino que regresará a dormir a la cárcel francesa de Vendin-le-Vieil, cercana a la fronteriza ciudad francesa de Lille. Los medios galos señalan que Abdeslam estará confinado en una celda de 9 metros cuadrados con videovigilancia las 24 horas, desde donde cada día recorrerá 150 kilómetros para asistir al tribunal.

El proceso en Bélgica se celebra a puerta cerrada y, más allá de las partes implicadas, solo se ha permitido el acceso a cinco dibujantes de prensa. El resto de los cerca de 350 periodistas acreditados para el juicio lo siguen en otra sala a través de una pantalla, aunque no se permiten difundir las imágenes.

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