Asturias brinda en el último suspiro del sorteo de la Lotería de Navidad
El Gordo erró de estación y se fue de Atocha al sur. Avilés salvó la honra con los 3,6 millones de un quinto. Los cuartos, al menudeo, sumaron 1,2
ADRIÁN AUSÍN
GIJÓN.
Jueves, 23 de diciembre 2021, 01:15
No hay manera. Si La Palma apelaba ayer a su volcán para invocar a la diosa fortuna, Asturias podía sumar una colección de fatalidades para ponerse a rebufo de los canarios; no tan explosivas ni repentinas, más bien casi seculares, como la incomunicación, los peajes, la depresión económica o nuestra variopinta colección de argayos. Pero nada. El tren del azar chocó un año más en el macizo de las Ubiñas y decidió apearse en Atocha, esa estación madrileña que, a diferencia de Chamartín, mira más bien al sur y a la alta velocidad. Nada que ver con nosotros, vaya.
Así, mientras Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, Santoña y Ayamonte estallaban de alegría de la buena, la de los 400.000 al décimo, por estos pagos la suerte se descorchó un año más con la boca pequeña, casi de piñón, pues no rascamos ni primeros ni segundos ni terceros. El primer vagón al que nos subimos los asturianos fue el de los cuartos, veinte mil euritos al décimo, y el que más nos dejó al final fue el de cola, el de esos quintos tan numerosos que ya sería maleficio astral que no encontrasen un túnel en zigzag para llegar al paraíso natural (que no fiscal), aunque fuera descarrilando en el último tramo.
Fue Avilés al final, la bella y discreta Avilés, la 'city' que salvó la honra con los 600 décimos del 89109 vendidos por la administración de la calle Fernández Balsera. «Estoy superfeliz. Qué felicidad. Acabamos de abrir, no llevamos un mes y ya damos millones». Lo decía eufórica Rosa García, la titular, mientras su marido andaba en busca y captura de unas botellas de champán para la foto. Algo más de la mitad de sus 60 series salpicó de alegría a la comarca a través del Club de Judo Avilés, que troceó en participaciones 350 décimos, lo cual acabó por traducirse en 2,1 de los 3,6 millones de euros repartidos desde la villa del Adelantado. Ahí es algo.
Marisol consiguió un cuarto en Candás al pedir un número que acabase en 33, el número de la tumba de su hermano
«Una patada al coronavirus»
Ese fue el grueso de la suerte asturiana, llegado desde las bajuras de un quinto premio y muy distribuido, e incluso viajado, pues el club intercambió bastantes papeletas en sus torneos. Su vicepresidente, Carlos Fernández, tiraba de ironía a la hora de valorar la sorpresa. «Yo pensaba que esto de la lotería era mentira. Levábamos 21 años jugando y nada. Esto es un regalo, una buena patada al coronavirus», ilustró.
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Aún tuvo otro pellizco de fortuna la comarca avilesina, pues un estanco de Las Vegas, en Corvera, despachó un décimo de máquina del mismo número que añadió 6.000 euros de felicidad al anónimo comprador.
En el vagón anterior, el de los cuartos, se destapó el regalo adicional del 22 de diciembre, esa fecha tan esperada por todos y que luego tanta perplejidad deja en los rostros. Llanes, Posada, Candás, Gijón, Oviedo y Siero se repartieron 1.240.000 euros del 42833 y el 91179, en algún caso con curiosas interrelaciones.
Paloma Ania despachó en Llanes veinte décimos del 42833 en un día muy especial, pues ayer nació su sobrino Martín y ayer también tuvo la gran satisfacción de dar 400.000 euros (veinte mil al décimo). «Hemos subido las ventas un 70%. La gene tiene mucha ilusión. Eso es lo único que el virus no nos puede quitar», destacaba. Cerca, en Posada, habían despachado otros siete décimos del mismo número que sumaron 140.000 euros más.
En Gijón hubo azares cruzados. Laura Navascués acudió a trabajar con el rojo en su vestuario y el champán bajo el brazo. Llevaba ya veinte años en la avenida Portugal y pensó que era hora de cantar la Traviata. Acertó. Una serie del mismo número llanisco le permitió justificar la bebida y el atuendo y hacerse acreedora del reparto de otros 200.000 euros. Ahora bien, esos décimos no estaban en origen en su puesto sino en La Bola de Cristal, en la avenida de los Hermanos Felgueroso, gerenciada por Borja Álvarez-León desde hace año y medio. Navascués le pidió lotería, porque iba escasa, y Álvarez-León le envió entre otras series la que iba a resultar premiada. Sin embargo, antes tomó una cautela: obtener un número más por máquina del 42833 y ponerlo a la venta vía internet. Una prevención que le permitió lucir el cartel de haber vendido un cuarto en su segundo año al frente de 'La Bola' y en un sorteo de Navidad en el cual estaba «totalmente convencido de que iba a dar un premio». El más llamativo el cuarto, pero también fue satisfactorio haber acertado con 'el número del barrio', Ceares, un 14048 que se llevó 120 euros al décimo. Repartió 90 series y esto sumó 108.000 euros «entre toda la clientela».
Oviedo aportó trece décimos del cuarto, otros 260.000 euros y Candás, diez más, otros 200.000, con una singular intencionalidad en una compra. Marisol, una panameña afincada en el concejo, pidió la terminación en 33 porque ese es el número de la tumba de su hermano, fallecido hace varios años. Cuando le dieron el 42833, el '28' intermedio le pareció ya premonitorio, pues era el día del cumpleaños del difunto. Al final, inframundos aparte, así fue.
Y de guinda de este pequeño pero rico pastel, Parque Principado, en Paredes, Siero, vendió un décimo del otro cuarto, el 91179, o sea, 20.000 euros más. «Ojalá le haya tocado a algún empleado del centro comercial, que aquí se pasó muy mal con los cierres», reflexionaba Sergio Díez desde el mostrador.
A por el Niño
Este fue el botín asturiano de grandes premios: 4,9 millones que mejoran levemente los 3,3 oficiales de 2020, aunque finalmente hubo de sumárseles otros 4 de una serie del Gordo que compró un matrimonio de Gijón en Punta Umbría y repartió en la ciudad. Nadie puede decir que no será por intentarlo. El Principado incrementó su apuesta por la lotería de Navidad este año un 20,87% hasta llegar a los 92,8 millones gastados (espectacular subida asociada al bajón de 2020 con el cierre de la hostelería por la covid). Apostó fuerte Asturias, a razón de 91 euros por habitante, un promedio solo superado un año más por Castilla y León. El resto del país está por debajo. Pero el bombo tiene esas cosas.
De sus caprichos da fe que el pasado año el Gordo empezó y acabó en siete; este empezó y acabó en ocho. Fácil de calibrar, ¿verdad? Ahora queda repasar las pedreas y pensar en el Niño, un tren para arrancar 2022 a la velocidad del trueno. ¿Se dará?