«Decidí dejar de vestir de rojo y traer el champán y apareció el cuarto premio»

A solo un minuto de que el reloj diera las once de la mañana, Aya Ben Hamdouch y Alexander René Herrera cantaron el 42833. Bastó un vistazo a los décimos para que la explosión de alegría llegase a Asturias. El número, repartidísimo por toda la geografía nacional y agraciado con un cuarto premio de 200.000 euros por serie (20.000 euros al décimo), traía también la suerte al Principado. Dejaba 1.240.000 euros y lo hacía en distintas administraciones. La más afortunada, la número 2 de Llanes, ubicada en Marqués de Canillejas de la capital del concejo, que vendió veinte décimos, 400.000 euros en total. Al frente de ella está Paloma Ania. «No sabemos si fue a gente de aquí o de fuera, pero se vendió todo en ventanilla. Ojalá se haya repartido entre gente que lo necesita», explicó la lotera, quien considera que pudo haber repartido incluso 50 décimos. El premio cierra un año redondo en la administración, que aumentó un 70% las ventas. «Fue un año impresionante. A partir del covid la gente tiene mucha ilusión, que es lo único que el virus no nos puede quitar», contó Ania.

En su caso, la ilusión llegó además por partida doble, pues este martes nació su sobrino Martín, una casualidad en la que vio ya un indicio de buena suerte. «En vez de con un pan, llega con un décimo bajo el brazo», celebró.

La fortuna también arribaba a otra localidad costera, a Candás. La administración número 1 de la calle del Rosal vendió diez décimos. Regentada por Helio García repartía, así, 200.000 euros. Afirmó estar «muy contento», pero «hecho un mar de nervios», pese a su experiencia.

Igual premio, 200.000 euros repartidos en diez décimos, dio la administración número 17 situada en el número 60 de la avenida Portugal de Gijón. Y gracias también a otra administración: la de Hermanos Felgueroso 51, que le cedió la serie con 29 más.

Laura Navascués, de 38 años y que lleva veinte años en dicho despacho, pertenece a la tercera generación de loteros. Ya su madre y su abuela habían dado el Gordo en 1988 y para el día de hoy decidió «romper con todas las supersticiones y manías» que tenía hasta ahora. «Es que llevaba tanto tiempo sin repartir premios, que en esta ocasión decidí dejar de venir vestida de rojo y traer el champán». «¿Habrá tocado por eso?», se preguntaba divertida. Con prendas de negro y blanco y la mascarilla, eso sí, de color rojo, aún no sabe quiénes pueden ser los agraciados. Sí tiene constancia de que nadie se llevó la serie completa, sino que se vendieron sueltos. Espera que «le haya tocado a quien lo necesite» después de tantas dificultades. Y que, en su caso, «que dinero llame a dinero y sea una buena racha con vistas al Sorteo de El Niño».

La Diosa fortuna también se acordó de la capital del Principado. El 42833 se vendió nada menos que en cuatro administraciones de Oviedo en forma de trece décimos y dejó 260.000 euros. De ellas, la que más lo distribuyó, diez, fue la situada en el número 21 de la calle Valentín Masip. Al frente de ella, Dolores Moraña indicaba que «se vendieron todos en verano y todos en ventanilla». Cree que «la suerte habrá ido a pasar a la gente del barrio». Hace un par de años, dio un quinto premio en Navidad.

Por número de décimos, la quinta que más suerte repartió fue otra administración llanisca. En este caso, un despacho mixto de Posada de Llanes. Fueron siete décimos, todos ellos en ventanilla. Al ser un concejo tan turístico, «pasa mucha gente y pudo haber sido un visitante o alguien de aquí», explicó la encargada, Gloria Blanco. Ya había entregado mayores cantidades en otros sorteos, como 545.000 de la Primitiva, pero estos 140.000 tienen un sabor especial, pues «la lotería de Navidad es lo más». «Tenía un presentimiento y vine con la botella de cava».

Además de estas cinco administraciones, hubo cuatro más (tres en Oviedo y una en Gijón) que vendieron el 42833, aunque, en este caso, un décimo cada una. Fueron el estanco del número 9 de la calle Jovellanos y las administraciones de Uría 62 y de Padre Buenaventura de Paredes 2, en Oviedo. En el estanco La Buena Suerte de Jovellanos, con José María Acebal al frente, la alegría saltaba a la vista. «Ha sido un año fabuloso en venta que ahora se redondea con un cuarto premio. Hemos vendido por encima de los años previos a la pandemia».

«Felices» también estaban Fernando Ruiz y Luz Ferrero, de la administración del número 62 de Uría. Y lo están porque han repartido un cuarto premio de Navidad con solo seis meses al frente del establecimiento. Mientras, en la del Padre Buenaventura de Paredes, Pilar Pérez afirmaba estar «muy emocionada» porque «es la primera vez que damos un premio de la Lotería Nacional».

Un décimo agraciado con 20.000 euros también vendió Borja Álvarez-León, de la administración 'La bola de cristal', en el número 51 de Hermanos Felgueroso de Gijón. Como se decía antes, cedió la serie a la administración de la avenida Portugal 60, pero se quedó con un número que vendió por internet. «Me alegro por los compañeros, pero me da un poco de pena por no haberlo vendido a la gente del barrio».

El segundo cuarto premio, el 91179, dejó otro pellizco de 20.000 en Siero. La administración del centro comercial Parque Principado, regentada desde hace ocho años por Sergio Díez, repartió un único décimo del 91179. El lotero confía en que el dinero haya caído en «una familia trabajadora que no haya pasado por un buen momento y pueda serles muy útil». «Sería idóneo que fuese algún empleado del espacio comercial. Aquí se pasó muy mal con los cierres que hubo».

EN ESTA INFORMACIÓN HAN COLABORADO GLORIA POMARADA / ALICIA GARCÍA-OVIES / LUCÍA BARRIO / ROSALÍA AGUDÍN / COVADONGA DEL NERO Y JUAN VEGA.