El gordo más alto de la historia

Récord de altura. El sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad batió ayer una marca que se resistía: rebasar la barrera de los ochentamiles. El 86148 cantado por Paula y Yanisse es, hasta la fecha, el número más alto de la historia de esta cita con el azar que paraliza España desde 1812, cuando comenzó a rodar el bombo más popular de los juegos de azar, ese que solo en este sorteo otorga una bola a cada número, lo cual iguala más si cabe la posibilidad de tocar el cielo un 22 de diciembre. En 2005, el sorteo pasó de 66.000 a 85.000 números y en 2011 completó la emisión hasta los cien mil. Desde entonces han abundado los setentaipicomiles. Hasta seis veces hicieron diana en los doce años anteriores. La cima hasta ahora la marcaba el 79250 de 2010 y el pasado año, sin ir más lejos, sonrió a todos los españoles, a unos pocos mejor dicho, el 72897.

La barrera se rebasó ayer con este potente 86148, un número alto de esos que nadie comete la osadía de rechazar en ventanilla. Raro sería el caso. Pues este rugiente gordo tiene carácter, una fuerza natural impresa por ese inicio y final en ocho que deja casi en el territorio de la anécdota su contenido interior. Hombre, tres nueves le habrían quizá gripado el motor por exceso de cilindrada. Pero un seis, un uno y un cuatro democratizan por dentro la rotundidad expresada por fuera y así convierten al gordo en una opción, decíamos, que todo el mundo se mostraría contento de meter en su cartera. Y si no que pregunten en Madrid, Santoña, Las Palmas o Ayamonte. Muchos adictos al sorteo se irían para casa con un buen presagio tras desembolsar ese billete de veinte euros que se convertirá ahora, por arte de bombo, en unos jugosos 400.000 antes de impuestos.

El ocho es por otro lado una terminación exitosa en Navidad, la cuarta exactamente con mayor fortuna (24 veces) siguiendo de cerca al cuatro y al seis (27 cada uno) y a ese reino del cinco (32) que empieza a tambalearse un tanto pues su último triunfo se remonta ya a 2008. O sea, trece años de sequía en los cuales la tabla se ha comprimido. Sigue en cola el uno, con solo ocho aciertos en 212 años de historia (y 214 gordos pues dos veces, con España dividida, hubo sorteo doble).

Curiosamente, de esas 24 dianas del ocho, solo una vez el gordo había caído en 48. Fue en 1907, cuando el azar apuntó al 02048. Solo hubo diez más bajos en la historia del sorteo. Ahora, la segunda terminación en 48 se convierte, por contra, en la más alta, dejando no obstante holgado margen de mejora en la marca. Pues, agraciado el 86148, la pértiga del azar aún no ha escalado todavía los noventamiles. Tiempo habrá de seguir hollando cimas.

Cabe añadir del ocho que en los últimos once años es la cuarta vez que toca, lo cual le sitúa como el más exitoso número del último decenio, desempatando ayer con el siete, que triunfó tres veces en este período, la última el pasado año (72897). Estos últimos ochos han sido: 58268 (2011), 76058 (2012), 71198 (2017) y 86148 (2021).

Si alguien quiso buscar una pista en la secuencia de los sorteos, el de 2020 arrojó un número empezado y acabado en siete (72897); y el de 2021 arroja otro empezado y acabado en ocho (86148). ¿No era fácil de adivinar? El sorteo sabe contar, pero ¿y nosotros? Quizá no se nos dé tan bien tirar del hilo de las elucubraciones alfanuméricas. O lo veamos claro solo a posteriori.

Hasta aquí el despiece del gran protagonista de la jornada, un par que se rodeó en el pódium principal de cuatro impares (72119 el segundo, 19517 el tercero, 42833 y 91179 los cuartos), que mandaron también en cinco de los ocho quintos sin repetirse uno solo (1, 3, 5, 7, 9 por un lado; y 2, 6, 8 por otro).

Del primer gordo cantado en Cádiz en 1812 al de ayer en Madrid, la numerología (ver gráfico adjunto) da ya para una enciclopedia. Desde el número más bajo, el 00523 de 1828 al más alto, de 2021. En medio, siete años seguidos acabando en 0 y 4 (0, 4, 0, 0, 4, 4, 0 entre 1953 y 1959), dos seguidos empezando en 4 y acabando en 95 (1994 y 1995). O ese que salió dos veces: el 15640 (1956 y 1978).