Con el precio de los combustibles por encima de los dos euros muchos conductores se están planteando dejar el coche en casa, los que pueden, porque otros muchos están obligados a realizar sus desplazamientos en sus vehículos particulares. Llama la atención que los carburantes han subido su precio más de 54 céntimos en los últimos 15 días, subidas instantáneas del precio cuando el crudo almacenado se había comprado hace más de seis meses y a todas las reservas se les aplica la subida del precio de modo inmediato. También llama la atención que la subida es generalizada. Se supone que en un mercado donde existe la libre competencia todos los suministradores aplican la misma subida. Es lo que se denomina ponerse de acuerdo en la teoría del oligopolio. Y el Gobierno lo permite, sin ningún pudor. Es más, se beneficia de la subida vía impuestos. Cuanto más elevado este el precio más recaudan, pues más del 50% del precio del carburante son impuestos. Con la subida desmesurada de la luz aplicaron un IVA reducido, y con los carburantes miran para otro lado. No saben que esta subida influye directamente en la inflación subyacente y que se traslada al precio de los alimentos y los servicios, y luego va a ser muy difícil de revertir. A qué esperan para aplicar una reducción impositiva.
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