Los coches más 'raros' de la Colección de SEAT Históricos
A lo largo de 70 años SEAT acumula un gran legado de coches históricos, entre los que se encuentran algunas rarezas dignas de museo
Un coche eléctrico acompaña la llama olímpica en su último tramo hacia la ceremonia inaugural. Estamos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Siendo así, el coche no podría ser otro que un SEAT, un SEAT Toledo eléctrico.
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2020 ya no podrá ser recordado como año olímpico, pero sigue siendo el 70 aniversario de SEAT. Suficientes años como para crear historia e innumerables modelos peculiares, únicos, como ese Toledo, el primer SEAT eléctrico. Sus 16 baterías de plomo pesaban 500 kilos, pero permitían recorrer 55 km en ciclo urbano. Autonomía suficiente para que el SEAT Toledo eléctrico también abriera paso a los atletas olímpicos de aquella prueba de maratón.
El SEAT Toledo no solo fue el coche oficial de aquellos Juegos Olímpicos, sino que fue «El coche de los campeones». Cada uno de los 22 medallistas españoles recibieron un coche exclusivo, desarrollado para ellos, el SEAT Toledo Podium. Un Toledo reconocible por su pintura gris bitono, y con un acabado interior del máximo lujo en la época. Disponía incluso de fax y teléfono fijo entre los asientos, un interior enteramente de color crema, con tapizados de cuero e inserciones de madera en salpicadero y puertas.
En 1956, sobre la base del primer modelo de SEAT, se desarrolló el SEAT 1400 Visitas. Su nombre lo dice todo. Sin puertas, sin techo, el 1400 Visitas era ideal para traslados de visitas ilustres por la factoría de SEAT. Lo fabricaron empleados encargados de la producción en serie del 1400 y, en 2005, cuando se restauró «fusionando» en una las dos unidades fabricadas, también lo hicieron empleados prejubilados de SEAT.
SEAT recibió un encargo muy especial con motivo de la visita del Juan Pablo II. Se necesitaba un vehículo menos aparatoso que el Papamóvil para la visita del pontífice a España en 1982. La razón había que buscarla en que el coche oficial no cabía por las puertas de dos actos principales, en los estadios del Real Madrid C.F. y el F.C. Barcelona. Contrareloj, en la fábrica de Zona Franca, realizaron el SEAT Panda «Papamóvil». Enteramente blanco, eliminaron techo y cristales, y crearon una estructura tubular acolchada en la parte posterior donde el Santo Padre pudiera sujetarse, mientras saludaba de pie, dentro de los estadios.
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También por encargo de un jefe de estado, SEAT transformó un Ibiza en 1986. Fue el regalo que recibió el rey de España, Felipe VI, al cumplir su mayoría de edad. Lo llamaron SEAT Ibiza Rey. Adelantaba las especificaciones técnicas del Ibiza SXI, que entraría en producción dos años más tarde: motor con inyección de 100 CV, sistema de frenos doble en X, con discos ventilados, además de un volante especial, asientos Recaro y aire acondicionado. Fue el más exclusivo del millón de Ibiza de primera generación, distinguible por su color dorado y sus aletas traseras ensanchadas.
Si hay que hablar de deportividad creativa hay un coche de obligada mención, el SEAT Ibiza «bimotor». En 1986, el piloto José María Serviá sorprendió en el campeonato de rallies de tierra con un SEAT Ibiza 4x4 con 300 CV. de potencia.
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