Adiós a Mercedes González, edil con el tripartito y gran activista social
Una lesión vertebral la apartó de su profesión de médico a los 40 años y emprendió una lucha por ayudar a los demás que deja una gran huella en la ciudad
Mercedes González falleció este martes a los 71 años en el Hospital Monte Naranco. Se ha ido una mujer, ante todo, luchadora y con sonrisa dulce, voz cálida y una fuerza inquebrantable que ha dejado huella en Oviedo. Hasta el final estuvo implicada en todas las causas injustas que consideraba necesarias cambiar. La enfermedad, que combatió y en momentos dominó, se ha llevado a una médica, a una activista, a una política. Dedicó su vida a muchas facetas. Muchos la recordarán por trabajar en la Consejería de Sanidad –su primer trabajo–, otros por su paso por el servicio de Urgencias de Atención Primaria en el centro de salud de Llano Ponte en Avilés. Hay quien no podrá olvidar su etapa como directora de Cáritas o como presidenta de Codopa. Y no olvidarán muchos su labor como concejala de Educación del Ayuntamiento de Oviedo en tiempos del tripartito, entre 2015 y 2019. Fue en la listas de Somos como independiente.
«Era una mujer maravillosa», la recordó desde la capilla ardiente del tanatorio Los Arenales Mercedes, su hija mediana, que acompañada de sus dos hermanos, Pedro y Paloma, solo tenía palabras de agradecimiento para los centenares de condolencias y muestras de cariño recibidas. Mujer de profundas creencias cristianas, este jueves, a las cinco de la tarde, se celebrará el funeral en la iglesia parroquial de Santa María La Real de La Corte.
Todos sus compañeros de su etapa como cargo público la recuerdan por su infatigable labor: «Mercedes era una mujer muy trabajadora, con voluntad de cumplimiento, responsable, con experiencia en lo social y que se esforzó lo máximo posible por hacerlo todo lo bien que pudo en el gobierno que compartimos», elogió Wenceslao López, alcalde en el mandato del tripartito. La izquierda logró mayoría después de que Somos, segunda fuerza, votara al socialista, cuyo apoyo a Ana Taboada para coger el bastón de mando y romper con la hegemonía de la derecha vetó la Federación Socialista Asturiana.
Dentro de ese gobierno tripartito, González se puso al frente de la Concejalía de Educación. Su compañera Ana Taboada, en un emotivo escrito, recordó sus logros políticos en el Ayuntamiento de Oviedo: «Comedores escolares para toda la infancia en Oviedo, mejora de las Escuelas Infantiles, cambio radical en la gestión del Albergue de Animales, Popular Ovetense, Escuela de Salud, bibliotecas vivas y activas». Le tocó bregar con otros asuntos complejos, como el cierre del centro ecuestre El Asturcón o la gestión del Carlos Tartiere. Pero por encima de todo, 'Merce', continuó Taboada, «pertenece a un club muy selecto: el club de las buenas personas».
Su enfermedad, que ya la golpeaba fuerte en esta etapa como cargo público, «nunca le impidió trabajar e involucrarse con la gente. Hemos perdido a una militante de la vida que deja huella», destacó Roberto Sánchez Ramos, concejal de IU –la tercera pata del tripartito– y que entonces asumió las competencias municipales de Cultura y Festejos.
El actual alcalde, Alfredo Canteli, conocía a Mercedes y a su marido, el fallecido Pedro Menéndez, «desde hace muchos años», como socios del Centro Asturiano de Oviedo. «Era muy buena trabajadora y una persona seria y honrada, que es fundamental en la vida», remarcó el popular.
Su marcha deja un hondo pesar en quienes compartieron con ella tiempo y dedicación en las múltiples facetas que desarrolló. En los últimos días, pese a su recaída, Palestina y Gaza estaban en su corazón.
«No sabía estar quieta»
Hija del doctor Pedro González y de la enfermera Enedina Menéndez, nació en 1954 en la calle Campoamor y nunca se movió de allí. La muerte de su madre cuando ella tenía tan solo nueve años la marcó de tal manera que no quiso abandonar nunca Oviedo para estar cerca de su padre. Al terminar el instituto, y tras dejar Turismo, se matriculó en Medicina. Con tan sólo 18 años conoció a su marido, Pedro, se casaron y mientras estudiaba la carrera tuvo a dos de sus tres hijos. Ser madre le impidió presentarse al MIR, pero pudo trabajar en lo suyo. A los 40 años, una lesión vertebral la apartó de su camino.
Como «no sabía estar quieta», tal y como explicó a este diario en un reportaje, se dedicó a la acción social. «Lo había intentado antes, pero no podía porque no tenía tiempo», justificaba. El arzobispo Gabino Díaz Merchán la nombró directora de Cáritas y con Carlos Osoro salió del cargo. Dejó un recuerdo imborrable entre los trabajadores, voluntarios y todo el equipo directivo en sus años al frente de la entidad:. «Ha dejado una gran huella en Cáritas», destacó la actual directora, Elsa Suárez, que trasladó su «profundo pesar» por la pérdida y remarcó «el compromiso cristiano de Mercedes con los valores que emanan de Cáritas y que son los del acompañamiento a las personas en todo momento».
En su haber también está el haber ayudado a las presas de la cárcel de Asturias. Desde la Coordinadora de ONGD de Asturias (Codopa) destacaron el «compromiso férreo con la cooperación internacional y con la justicia social» de quien fue también su presidenta.
A pesar del cáncer, Mercedes González se consideraba «una persona afortunada». Siempre volcada en sus hijas y nietos y teniendo muy presente en su memoria a su marido. Hoy todos despedirán a esta mujer luchadora.