Adiós a José Manuel Vilabella, voz irrepetible de la gastronomía
Gallego de cuna pero asturiano de adopción, sus comentarios mordaces y certeros contribuyeron a potenciar la cocina asturiana y española
Jessica M. Puga
Jueves, 30 de octubre 2025, 11:42
No había debate en el que no entrara ni comentario que se guardase. La huella de José Manuel Vilabella Guardiola es tan grande como el vacío que deja ahora su partida. El prolífico escritor y gastrónomo falleció el martes en Oviedo a los 87 años. Para siempre quedan sus escritos, muchos y variados, y sus críticas gastronómicas, –«siempre subjetivas», argumentaba–, con los que contribuyó al florecimiento de la cocina asturiana y española a partir de los años 80. Sus ideas cargadas de sentido y futuro ayudaron a potenciar un sector al que él siempre vio con capacidad para crecer y al que se dedicó por pura afición. Gallego de Lugo, nació en enero de 1938, pero más de la mitad de su vida la pasó en Asturias. Fue profesor mercantil y un comercial inigualable. Trabajó para una empresa norteamericana con la que contribuyó a que Asturias se modernizase instalando los primeros cajeros automáticos.
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Muerto de risa
Su labia era única y resulta curioso que su manejo con los números no restara un ápice a su pluma, ágil e inigualable. Su pasión por las letras y la admiración que sentía por Camilo José Cela le hicieron abrazar la escritura muy joven. Lector compulsivo, publicó su primer cuento con solo 15 años. Desde entonces publicó más de una veintena de libros de temática diversa, muchos enfocados a la gastronomía, pero también cultivó el ensayo, la narrativa... y escribió más de 2.500 artículos, muchos de ellos en EL COMERCIO. En el suplemento de gastronomía del decano de la prensa asturiana, 'Yantar', escribía 'Las razones del gastrólogo'.
Numerosos premios literarios decoraban su casa. En su haber figuran el Premio Nacional de Gastronomía 2002 por el libro 'La cocina extravagante o El arte de no saber comer', en el que llamaba la atención sobre el hecho culinario como un fenómeno cultural, y el premio de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro que ganó en 2005.
Entre los libros que llevan su firma con los fogones como argumento están 'La cocina de los excesos', 'Memorias de un gastrónomo incompetente (la comida de la vida)', 'Delirios gastronómicos' y 'Cocina de Asturias'. Sin embargo, como sus inquietudes iban mucho más allá de la cocina, también escribió 'Los humoristas', 'Para leer mientras llega el camarero', 'Breviario de falsedades' y la reedición de la 'Teoría del insulto'.
Estilo personal
Su carácter, santo y seña de su persona, mezclaba la particular socarronería gallega con el ser mediterráneo de su madre, por lo que Vilabella representaba como nadie la unión de dos costas. Su pasión por la familia era comparable a la que sentía por la oratoria; le encantaba participar en debates y, especialmente, iniciarlos. Lo dejaba patente en cualquier encuentro y también en el tú a tú. Y sobre manera charlaba con los compañeros con los que compartió asiento, comida y cena en la Academia de Gastronomía de Asturias, la Academia de Gastronomía de Aragón y el Colegio de Críticos Gastronómicos de Asturias.
Fue José Manuel Vilabella Guardiola uno de los primeros en analizar cómo era la gastronomía asturiana y cómo podía llegar a ser a razón de sus posibilidades. Sus escritos también dieron luz por primera vez a cocineros y restaurantes que más tarde marcaron el ritmo de la profesión. De los críticos que llegaron más tarde, «muchos de ellos competentes», decía que enriquecían la panorámica gastronómica porque «cada uno aporta diferentes versiones».
Su familia, sus hijas e hijo y sus nietos le despidieron en la más estricta intimidad.