Pedro Montes Ovín, histórico gerente del Grupo Covadonga, fallece a los 79 años

Trabajador en grado sumo, serio, riguroso, siempre en defensa de los intereses del Grupo Covadonga, pesara a quien le pesara, un profesional intachable». Así recordaba ayer Janel Cuesta a Pedro Montes Ovín, naveto de nacimiento y gijonés de adopción, quien falleció el sábado en el HUCA a los 79 años con una impoluta hoja de servicios, en lo que a su actividad profesional se refiere, primero como empleado administrativo del Grupo Covadonga y después como gerente de la entidad, en una trayectoria en la cual llegó a trabajar con ocho presidentes: Celso Menéndez, Jesús Revuelta, Carlos Prieto, Rogelio Llana, Manuel Pinilla, Ángel Luis Varela, el propio Janel Cuesta (1994-2000) y Ángel Cuesta.

Pedro Montes Ovín nació en Sierra, El Remedio (Nava), en 1946 y, tras estudiar Perito Mercantil en Gijón, se convirtió en el primer trabajador contratado por el Grupo en un tiempo en que la entidad deportiva tenía solo un conserje que vivía en su sede y hacía todas las tareas de control. Entró como empleado administrativo en 1966 y durante casi cuarenta años, hasta su prejubilación, veló por los intereses del Grupo con mano firme. Esta trayectoria le convirtió en Empleado Ejemplar del Grupo Covadonga en 1995, distinción creada en la etapa de Janel Cuesta tan solo un año antes, lo cual le convirtió en el segundo en recibirla. «Si se quería hacer algo que era incorrecto o que contravenía las normas era implacable, durante su larga etapa se convirtió en un garante del buen hacer», subrayó ayer Cuesta a EL COMERCIO.

En la misma línea se manifestaba su hijo Pedro José Montes mientras le velaba en la sala 2 del tanatorio de Cabueñes. «Mi padre, ciertamente, era un hombre metódico, muy serio en el trabajo. Si tocaba trabajar, tocaba trabajar. Luego en casa ya era otra cosa. Era una persona diferente, más amable, más relajada», evocaba.

Así fue hasta su jubilación, una vez rebasado el cambio de siglo, en la etapa de Ángel Cuesta, habiendo conocido en sus casi cuatro décadas la extraordinaria transformación del Grupo Covadonga con el tránsito de Emilio Tuya a Las Mestas mediante. Cultivó más a partir de entonces sus aficiones. A Pedro Montes Ovín le gustaba sobremanera la poesía y la pintura y era, de hecho, un gran asiduo a los museos de la ciudad, que frecuentaba con devoción. Pese a haber pasado toda su vida profesional en el Grupo Covadonga, su hijo no le define como un gran deportista. Su labor era, no en vano, administrativa; prefería hacer un poco de deporte y caminar. En los últimos años, a Montes Ovín se le empezaron a manifestar problemas cardiacos. Esto derivó el pasado mes de diciembre en una operación para instalarle tres baipás en su corazón, de la que iría arrastrando problemas que no pudo superar hasta su fallecimiento el pasado sábado en el Hospital Central, en Oviedo, adonde había sido derivado desde el de Cabueñes por sucesivas complicaciones médicas.

Pedro Montes Ovín estaba casado con Ana María Llamedo y tenían un único hijo, Pedro José. El funeral en su memoria tendrá lugar esta tarde, a la una, en la iglesia de Santa María del Remedio, en Nava, de donde era natural, para a continuación darle sepultura en el cementerio de esta localidad.

• Temas
• Grupo de Cultura Covadonga