Avilés vuelve a estar orgullosa de sus luces
Adrián Cordero
Domingo, 7 de diciembre 2025, 01:00
Las ciudades son estados de ánimo y, si el termómetro para medirlo es la cantidad de gente en la calle, podríamos llegar a la conclusión ... de que Avilés está eufórica. Porque estoy convencido de que ninguno de los que estamos vivos recordamos una multitud semejante a la del pasado viernes para presenciar un encendido navideño, a pesar de la amenaza constante de lluvia durante la tarde.
El runrún crecía desde hace días conforme los técnicos iban desplegando los adornos por las calles: las luces de esta campaña iban a ser las mejores en años. Tras varios fiascos desde que el Ayuntamiento asumió la gestión directa del alumbrado allá por el año 2022, este año la Navidad se planificó con tiempo, con la participación del tejido social y, sobre todo, con dinero. Porque, no nos engañemos, esto no va de gustos estéticos ni de quién ocupe el cargo en la Concejalía; esto va de números y, en este sentido, los de este año hablan por sí solos.
Con un presupuesto de salida de 300.000 Euros por campaña, la inversión del Ayuntamiento en la decoración triplica a la del año pasado, y supera en gasto por habitante lo que por ejemplo destinan Oviedo o Gijón. Dicho de otra manera: en relación a su población, Avilés tiene este año el mejor alumbrado entre las tres grandes ciudades de Asturias, y el resultado se ve en la calle.
Más allá de algún debe por parte de la empresa que en los próximos días debería subsanar (prometió, por ejemplo, iluminar los árboles de La Cámara, y la densidad de arcos en muchas calles es inferior a la exigida), lo cierto es que la ciudad brilla como nunca esta Navidad. Con un predominio de los colores cálidos, tal y como exigían los pliegos, el resultado es armonioso, elegante, y coherente entre todas las zonas.
Es de agradecer además que Germán Vizcaíno haya fabricado desde cero prácticamente todo el alumbrado, de manera que lo que este año luce en la ciudad no se ha visto en ningún otro lugar antes. A todo ello hay que sumar también el trabajo que Iluminaciones Rosete ha hecho en la pista de La Exposición y en el paseo de Manuel Ponga donde, por segundo año consecutivo, la Autoridad Portuaria ha contribuido a embellecer la ciudad en estas fechas.
La consecuencia de todo ello es que Avilés vuelve a estar orgullosa de sus luces pero, sobre todo, de sí misma. El éxito del alumbrado se suma a los conseguidos por otros eventos multitudinarios que han tenido lugar a lo largo del último año: los grandes conciertos de La Magdalena, la frenética actividad teatral del Palacio Valdés y el Niemeyer, o la renovada apuesta por las orquestas de gran formato en San Agustín, son solo algunos ejemplos del estado de ánimo de una ciudad que ya no mira acomplejada a nadie. Una ciudad cuyo nombre ya luce en enormes y orgullosas letronas frente a su emblemática iglesia de Sabugo. Se llama A V I L É S.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión