La agenda del nuevo Gobierno

El desgaste en la gestión ministerial es la causa principal de los cambios. Carmen Calvo había impugnado anteproyectos de ley de Unidas Podemos que luego fueron validados por el Consejo de Ministros; Juan Carlos Campo pagó el coste político de los indultos concedidos a los dirigentes independentistas condenados por sedición; en todas las quinielas de la remodelación estaba González Laya tras la crisis con Marruecos; Isabel Celaá fue muy criticada por la gestión de la educación durante la pandemia y por aprobar la LOMLOE sin un mínimo consenso. El escaso impulso político aportado por Pedro Duque (Ciencia e Innovación) y Rodríguez Uribes (Cultura y Deporte) está en la raíz de los relevos. Hay otros cambios que no se pueden justificar por las anteriores razones, como el relevo de José Luis Ábalos (Transportes) y el de Iván Redondo, director del Gabinete de Presidencia. Ambos pertenecían al círculo más cercano al presidente y participaron, cuando no inspiraron, las principales operaciones políticas. Ese trabajo queda ahora encomendado al anterior Secretario de Presidencia, Félix Bolaños, que asume la cartera de ministro de Presidencia, y al nuevo jefe de Gabinete, Óscar López, experto dirigente socialista. El resto de nuevos ministros tiene una carrera política corta y responden a otros perfiles, como el municipalismo. Se mantiene el mismo esquema, un núcleo político fuerte en Moncloa y un conjunto de ministros de amplio espectro con hegemonía femenina. El presidente anunció una nueva etapa política, marcada por la recuperación económica. La gestión de los fondos europeos, cuyo primera paquete de 9.000 millones de euros llega este mes, será el elemento clave de reactivación.

Por lo que respecta a Asturias se espera con expectación la gestión que haga el nuevo equipo ministerial de los asuntos que más nos afectan, empezando por una asignación de fondos europeos que no incluya favoritismo territorial alguno en función de las alianzas del Gobierno. A la nueva ministra de Transportes, Raquel Sánchez, hasta ahora alcaldesa de Gavá (Barcelona), le corresponde asumir la finalización de la variante de Pajares. La primera dovela se puso en 2004 y estaba previsto que concluyera en 2009. Recientemente, el Gobierno se comprometió a finalizarla en 2022. Cualquier ampliación del plazo sería injustificable. Lo mismo cabe decir de la deteriorada red de trenes de cercanías, con el plan 2017-2025, que ya acumula incumplimientos. De su experiencia como alcaldesa se espera una sensibilidad especial para proyectos de ámbito municipal como el plan de vías de Gijón. En cuanto a la problemática de la industria y la energía, la remodelación del Gobierno no trae cambio de rostros, así que tocará seguir negociando con la vicepresidenta Ribera y la ministra Maroto, porque el desorbitado coste energético y la obligada renovación industrial precisan de importantes apoyos del Estado. Otro asunto que está en la agenda del Gobierno, la despoblación, cobra un especial énfasis en Asturias por ser la región más afectada con 755 pueblos vacíos, 303 con un solo habitante y 3.000 con diez vecinos o menos. También la reforma del nuevo modelo de financiación autonómica debe ser abordada en la actual legislatura, desde una mesa multilateral en que están todas las comunidades representadas y con una distribución de recursos que cumpla el objetivo de propiciar la cohesión territorial.