La estrategia vacía del PP

Hace unos días, su portavoz municipal, Esther Llamazares, se preguntaba en estas mismas páginas ¿Qué es el Modelo Avilés?. Pues bien, es el modelo que ha movilizado más de 40 millones de euros en inversiones estratégicas para esta ciudad. Es el que impulsa centros de innovación o la Manzana del Talento para atraer nueva industria, el que urbaniza suelo para acoger empresas vinculadas a la energía y la sostenibilidad, el que construye el nuevo CIFP de La Grandiella, o el que levanta un centro de mayores en Palacio Valdés.

Ese es el modelo que molesta al PP. Porque desmonta su relato de parálisis o de ciudad sin rumbo. Y porque evidencia lo que ellos no hicieron ni hacen: gobernar con visión, con sensibilidad social y con ambición para Avilés.

Mientras los socialistas protegemos la industria local en Europa, la derecha local y su eurodiputada avilesina, Susana Solís, se oponen públicamente a la aplicación del arancel medioambiental europeo, una herramienta clave para proteger nuestra industria frente al acero extranjero, y sobre todo, una medida que beneficiaría directamente a ArcelorMittal y a empresas como Windar o Asturfeito frente a la competencia desleal. ¿Dónde queda entonces el supuesto compromiso con los trabajadores de Avilés? ¿Qué defensa hacen de la industria avilesina cuando se oponen a las herramientas que pueden protegerla? Y, sobre todo, ¿con qué moral y ética se atreven a exigir «una política industrial seria»?

Si echamos la vista unos meses atrás, del mismo modo que con la política industrial, vemos la incoherencia de la portavoz del PP cuando criticaba en un pleno ordinario la gratuidad del transporte público en menores de 18 años. Una medida del Gobierno socialista de Avilés que garantiza la movilidad a nuestros jóvenes a la vez que se reduce la huella ambiental. En Oviedo, sus compañeros de partido la defienden. En Avilés, la critican. ¿Quién tiene razón? ¿O es que aquí se oponen por sistema, aunque sea beneficioso para la propia ciudadanía?

Pocos ejemplos ilustran mejor la falta de rigor del PP que su propuesta para construir un aparcamiento subterráneo de dos plantas en pleno Parque del Muelle. Una idea inviable desde el inicio, cuya enorme dificultad fue reconocida por la propia candidata del PP. Presentar una obra de esa envergadura sin garantías fue una promesa vacía diseñada para intentar captar votos, no para ejecutarse. Una ocurrencia más que una solución.

Mientras tanto, destinamos 32 millones de euros a los barrios, en proyectos como la futura construcción de un nuevo polideportivo en La Carriona, o la reurbanización integral del parque y la calle La Paz en Versalles contando con fondos europeos con una visión integradora y justa. ¿Y cuál fue la respuesta del PP? Críticas sin argumentos y, lo más vergonzoso, un comentario clasista de uno de sus concejales sugiriendo que no debía construirse un polideportivo en La Carriona «por el tipo de población que hay allí». Una frase que no solo retrata su falta de sensibilidad, sino que destapa la ideología excluyente que tratan de disimular en los plenos.

Que nadie se engañe: el PP no viene a construir. Mientras ellos lanzan titulares, nosotros garantizamos derechos. Mientras ellos gritan y se oponen a todo, los y las socialistas construimos ciudad. Mientras ellos hablan de «escaparates vacíos», nosotros aplicamos la política útil.

El compromiso del PSOE con Avilés está presente en cada inversión. Y aunque al PP le duela, el modelo Avilés no solo existe, sino que está dejando en evidencia el vacío de su política: la estrategia del «no por sistema» no es alternativa, es retroceso.