

Secciones
Servicios
Destacamos
Recuerdo la primera vez que llegué a las oficinas del FICX, siendo ya oficialmente colaborador del festival, en el año 2009. Fran Gayo, por aquel ... entonces jefe de programación, me confundió inicialmente con un informático al que Yolanda Eiroa y él estaban esperando. Cuando ya recordó quién era, pues tan solo nos habíamos conocido muy brevemente en el siempre enredoso contexto festivalero, me pidió que les echase una mano con la selección porque estaban en pleno cierre, desbordados de inscripciones. Fran se acercó entonces a una esquina de la oficina y volvió con un taco de DVDs (no habían llegado aún los links de visionado y la cantidad de películas pendientes se podía saber con solo levantar la vista). Me los tendió y me dijo: «Hala, Xandru, castigáu a ver pelis iraníes de escuela», tras lo cual rió sonoramente con su habitual socarronería. Dos días después me interceptó por la oficina y me preguntó si había visto ya las películas persas, a lo que respondí en mi bisoñez que no me había dado tiempo, porque eran bastantes. Entonces me soltó: «¿Pero qué tas viéndoles enteres? ¿Pero no son malísimes?». Le dije que sí, que eran atroces, y entonces apostilló: «No les veas enteres, Xandru, si ves que no hay por dónde cogéla, ve a por la siguiente». Sabio consejo. El primero de muchos.
Un año después Fran se fue a vivir y trabajar a Buenos Aires y cuando me incorporé al departamento de programación del FICX derrochó generosidad regalando desde la distancia su saber, su experiencia y sus propuestas. Mantuvimos una excelente relación personal desde entonces, y en 2015 fue el mejor anfitrión cuando visité BAFICI como jurado. Me invitó a quedarme en su casa porteña durante unos días tras finalizar el festival junto a él, junto a Mila, su mujer, y junto a Olmo, su hijo. Me llevó a sitios increíbles, restaurantes, cafés, tanguerías, centros culturales, librerías… Momentos que nunca olvidaré mientras la memoria aguante.
Fran no fue solo un gran programador audiovisual, al que el FICX debe sin duda una parte importante de sus hallazgos como certamen de cine de autor e independiente. También fue, entre otras cosas, un extraordinario escritor (no dejen de leer obras como 'Cadena de frío' o 'La Navidad de los lobos'), músico (recuperen si pueden su disco 'Las próximas cosechas'), entrevistador (brillantes eran siempre sus coloquios con cineastas en los festivales en los que trabajó) y lector (sus conocimientos eran muy vastos y abarcaban además campos de la literatura muy diversos que no conocían de jerarquías ni aristocracias).
Su fallecimiento resulta especialmente trágico porque no están las cosas como para que este mundo se quede sin personas que nos enriquecen con su sabiduría, que nos iluminan, influencian, zarandean, guían… Nos deja una de las pocas personas a las que he conocido personalmente y que no dudaría en calificar como un hombre renacentista. No solo por sus conocimientos en distintas disciplinas y materias, sino por el peso y poso de sus conversaciones. Porque además de generoso, finamente sarcástico e increíblemente intuitivo y culto sin alardear de ello, Fran era un conversador extraordinario, de los que consiguen, sin pontificar nunca y como quien no quiere la cosa, que se te queden grabadas muchas de sus frases y expresiones y que te acompañen toda la vida. Quienes tuvimos la fortuna de conocerle y de acompañarle atesoramos muchas de esas joyas dialécticas, auténticas píldoras heterodoxas, personalísima mezcla de sabiduría, provocación e inventiva. Auténticos regalos que derrochaba a manos llenas.
La última vez que nos vimos fue en diciembre de 2024 y aquel día Fran se encontraba junto a Mila y Olmo. Estaban también allí Silver y Tito Rodríguez. Era una estampa netamente fordiana, y la amistosa tarde que pasamos también fue digna del mejor John Ford, del John Ford de la madurez. Fue una conversación distendida, de profunda ligereza (o ligera profundidad, como se prefiera) en la que recordamos animadamente algunas anécdotas añejas del FICX. Imprimimos la leyenda una vez más. Y nos reímos juntos. Siempre nos reíamos juntos.
Descansa en paz, querido y admirado Fran, cómo la peleaste hasta el final. La gran familia del FICX queda huérfana pero nunca te olvidará, collaciu. Nunca.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran a una mujer de 79 años muerta desde hacía varios días en su domicilio
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.