Asturias lidera la nueva normalidad

En los centros de salud los pacientes podrán ir acompañados por una persona, así como recibir visitas cuando estén hospitalizados. Deja de haber limitaciones en los centros para las personas de la tercera edad, salvo el uso de mascarillas en interiores y la realización de cribados para todas las personas no vacunadas. En la Educación se mantienen algunas medidas de protección, mientras que otras desparecen. Hasta sexto curso de Primaria seguirá habiendo grupos burbuja, compatibilizando esta estructura acotada con la interacción libre de todo el alumnado por los patios del centro. También dos grupos del mismo nivel pueden hacer actividades conjuntas si llevan mascarilla.

Diecinueve meses después del primer infectado por Covid en Asturias la región recupera las prácticas tradicionales de desenvolvimiento social. Hay algunas imposiciones que probablemente queden incorporadas en la vida diaria, como el uso de mascarillas en circunstancias especiales -temporada de gripe, eventos masivos en lugares cerrados- o la prohibición de fumar en terrazas o en cualquier espacio exterior sin poder guardar la distancia preceptiva. Pautas así las siguen en países con otras culturas y como toda política profiláctica eficaz sería un acierto que los gobiernos las mantuvieran.

Es una satisfacción poder comprobar que Asturias es la primera comunidad autónoma que ha alcanzado el umbral de 'nueva normalidad', situado en los 25 casos de IA14. Lo mismo ocurrió tras la primera ola cuando se alcanzó el récord de 25 días seguidos sin certificar un contagio. Un registro que alcanzaron muy pocas regiones europeas después de haberse extendido el virus por toda la nación. También hay que hacer constar que en la cuarta ola Asturias estuvo muy por debajo de la media española, con un máximo de 190 contagios en un día. Los datos no son fruto de la casualidad, sino el resultado de un cúmulo de circunstancias entre las que destaca la buena respuesta del sector sanitario, empezando por el laboratorio de virología del Servicio de Microbiología del Huca, que desarrolló sus propias PCR durante las primeras semanas de la pandemia, poniendo a disposición del personal clínico 2.000 test diarios. La fortaleza de la red sanitaria posibilitó que nunca estuvieran saturadas las plantas destinadas a enfermos covid ni las UCI, donde un personal muy cualificado y comprometido supo minimizar los daños. En la campaña de vacunación también Asturias fue en cabeza en porcentaje de población con las dos dosis inoculadas. Lo mismo cabe decir en la atención médica prestada a los geriátricos, dónde solo hubo un 11% del total de los decesos ocurridos en la región, mientras en España se concentraron en las residencias el 65% de todos los fallecidos. El esfuerzo presupuestario realizado por el Principado en la sanidad (el gasto sanitario per cápita en Asturias está un 40% por encima del de Madrid) tuvo reflejo en la lucha contra la pandemia. Todo lo anterior no convierte en benévola la experiencia de la pandemia en Asturias, ya que dejó, hasta ahora, 70.920 contagios y 2.742 fallecidos, pero sí sirve para mostrar que tuvo unos perfiles propios, distintos a los de otras regiones. A partir de ahora, no hay que levantar la guardia, pero toca centrarse en la batalla de la recuperación económica.