El MAR de Ayuso
Miguel Ángel Rodríguez asegura que es y será una de las políticas más importantes de este siglo y se entrevé que quiere repetir el éxito de Aznar. Hacer que nos gobierne a todos, carrera que ya ha empezado
Hasta hace unos meses, daba la sensación de que Isabel Díaz Ayuso iba a la deriva por un mar político que no la quería y ... que ella, además, no terminaba de entender. Zozobraba entre las olas de indiferencia de unos y la crítica de otros. Así eran las cosas en el mundo de Ayuso hasta que otro mar, con nombre propio, entró en su vida y la ayudó, a su manera, a nadar entre tiburones y sacar partido de las olas de indignación por su proceder, a menudo, tachado de disparate. Cambió sus huidas hacia delante por peleas que le aportaban ser siempre la nota discordante y el centro de atención. Hablo de Miguel Ángel Rodríguez, alías MAR, consultor de comunicación, publicista, expolítico -ya saben que fue portavoz del Gobierno de Aznar- y escritor. Él, MAR, es el causante de que Ayuso se haya convertido en el azote del Gobierno central, en su pesadilla, y que su perfil haya evolucionado de tal forma que todos sepamos de ella, así como de sus polémicas decisiones, que provocan tanto amor como odio. Y que todo ello logre favorecerla. Eso, al menos, dicen las encuestas que, en caso de elecciones en la comunidad de Madrid, le dan la victoria.
MAR asegura que Ayuso es y será una de las políticas más importantes de este siglo y se entrevé en sus palabras que quiere repetir con ella lo que en su día logró con Aznar. ¿Llevarla a la presidencia del país? Sí. A eso me refiero. Hacer que Isabel Díaz Ayuso nos gobierne a todos, carrera que ya ha empezado. El PP no es hoy un partido fuerte, por mucho que sus dirigentes se empeñen en gritarlo de forma constante y cansina. Ya saben lo que dice el refrán: 'Dime de qué presumes...'. Su principal líder, Pablo Casado, no termina de cuajar ni fuera ni dentro de la formación. La falta de liderazgo propio, su seguidismo de los de Abascal y la permanente competición con este, un juego de testosterona que dentro del partido ven como un desatino absurdo, le han colocado como un político en exceso simple, manipulable y volátil. Sus discursos de antes, belicosos, grandilocuentes, pero vacíos de contenido -cuando era Cayetana Álvarez de Toledo su asesora-, y los de ahora, menos pomposos, pero de igual forma en exceso beligerantes y con ideas que ni él mismo parece creerse cuando las dice, tampoco le ayudan. Da la sensación, sobre todo desde el verano, de que está perdido, completamente perdido, y el puesto le queda grande.
MAR ha sabido verlo y, ayudado por el momento que vivimos, ha decido jugar. Ha colocado sus piezas y ha tirado los dados. La partida ha empezado y Ayuso, que tiene fe ciega en él, es su gran apuesta. Como vulgarmente se dice, le están haciendo la cama a Casado. Y esto no es algo descabellado porque, fíjense, mientras Ayuso sube en las encuestas y se coloca en una posición mucho más favorable que su jefe, muchos barones del Partido Popular piden a la madrileña que prescinda de MAR. ¿Por qué? Yo creo que el motivo es que ven hacia dónde camina.
Quizá les parezca absurdo o irracional que Ayuso pudiera gobernarnos, ser presidenta del Gobierno en un futuro (tal vez tras las próximas elecciones, las siguientes a la pandemia), pero no lo es en absoluto. Ayudada por la crisis económica y el hartazgo de un país cansado, que ve cómo su futuro se deshace entre sus dedos sin soluciones firmes, junto con la torpeza de su partido y del resto -ocupados en peleas internas y trapos sucios- puede acercarse, y mucho, a la Moncloa y MAR la ayudará a llegar. Ya lo hizo con Aznar. Y si después de darle unas vueltas a esto que les he contado, les sigue pareciendo absurdo o loco, no se olviden de Donald Trump.
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