En el camino
Parece que vamos a necesitar una tercera dosis de la vacuna contra la covid-19. Parece que la mejor opción contra la pandemia es proteger ... por tres y consensuar cuándo. Parece que ya hay voces contrarias a una nueva ronda de pinchazos. Parece que no se entiende que 2020 volcó las piezas del tablero y las reglas, ahora, ya son otras. Parece que los meses de pesadilla tienen vocación de continuidad y que en China andan revueltos con un brote más extenso que el de Wuhan. Parece que las autoridades del país andan muy preocupadas por la capacidad de contagio de la variante Delta, enemigo número uno de la desidia.
Todo eso parece cuando ya es agosto de 2021 y el verano va tomando forma de otoño. En Asturias, ya sabemos, no hemos abandonado del todo las galas de entretiempo y la lluvia, los cielos grises y las temperaturas moderadas han esquivado el estío. Resulta difícil afrontar una nueva tanda de esta nueva normalidad; el cuerpo está cansado y no digamos ya la mente, cruzando sus propios límites en una aventura que, parece, no tiene fin. Es como cuando ibas de excursión con la familia y tu padre respondía con un 'ya estamos cerca' cada vez que preguntabas cuánto faltaba para llegar. No se estaba cerca nunca, no al principio, pero eras pequeño y ese 'principio' era eterno, así que en vez de motivación sentías que te engañaba. Con la pandemia sucede un poco igual. Nos dicen que ya estamos cerca, pero hay otra montaña que escalar. Ponen fecha a una recuperación que nunca llega. Habrá que cambiar de estrategia y dejar las metas para cuando tengan forma y fondo. Habrá que admitir que aún queda camino. Y habrá que reconocerlo ya porque la frustración genera monstruos.
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