Fin al sainete del Puerto
ANieves Roqueñí y a su equipo en la Autoridad Portuaria, a los estrategas de la intentona política para desgastar a Moriyón y a los palmeros ... habituales no les ha podido salir peor la jugada. Qué desastrosa estrategia que, además de arruinar la moral del PSOE gijonés, da renovados aires a la alcaldesa por su encendida defensa de los asuntos municipales. Pueden vestir el santo como quieran los conmilitones del plan, pero la rectificación es memorable. Toda la ciudad y todas las fuerzas políticas, tanto a diestra como a siniestra del PSOE, tenían muy claro un asunto que no admitía discusión y así se lo hemos contado desde esta atalaya. Sólo los necios mantenían el órdago. El proyecto de Naval Azul seguirá adelante con todo su esplendor, aunque sin duda surgirán más problemas, porque duele mucho, y a muchos, por lo que significa, por su ubicación, por servir para relanzar un barrio castigado durante décadas y aún con muchos problemas. La ciudad le debe mucho a La Calzada, a El Natahoyo, a Jove... como para andar poniendo palos en las ruedas. Ahora espero que la alcaldesa sea generosa y tienda la mano a la Autoridad Portuaria sin rencor, sin dudas, con visión alta, porque Gijón y su Puerto forman un todo sin el que la ciudad no puede desarrollarse. Las batallas políticas tienen que jugarse en otros campos. El Puerto tiene asuntos pendientes muy importantes y debe convertirse en un aliado estratégico de los proyectos de la ciudad. Por ejemplo, para exigir que se haga el vial de Jove.
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