El riesgo de la politización
Politizarlo todo tiene muchos riesgos. Lo primero, requiere mucha experiencia y lo segundo, ser muy fino para que no se note demasiado. En el caso ... de Naval Azul, la Autoridad Portuaria ha quedado en evidencia obedeciendo unas instrucciones, a mi juicio erróneas, con tal de sacar rédito electoral. El estratega ha quedado desacreditado, pues sus artimañas han hartado desde a los vecinos hasta muchos simpatizantes socialistas. Jorge Espina, que de esto sabe un rato y es persona con predicamento y solvencia, lo definía muy bien en estas mismas páginas: «A mí también me jode que gobierne la derecha, pero esta pelea perjudica a la ciudad y pedimos a la presidenta que deje de enredar y cumpla el acuerdo con el Ayuntamiento». Se puede decir más alto, pero no más claro. La jugada puede salir demasiado cara al PSOE, porque los ciudadanos están hartos de la politización de todo y que Gijón se encuentre sumido en un cerco político con sus grandes proyectos llenos de dificultades. Igual es que dentro de dos años quieren erigirse en adalides de la templanza y la capacidad para el diálogo, pero el camino emprendido parece que conduce al desastre, ya que la ciudad habrá visto cómo una vez más se escapa el tren, o el metrotrén, como quieran, y no habrá nada por reconducir. Mal asunto es eso de tratar de politizarlo todo. Lo vimos hasta en Eurovisión y los rótulos de RTVE con Israel que, por cierto, ganó los 12 puntos de España en el televoto.
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