Partitocracia nefasta
Partitocracia es «la situación política en la que se produce un abuso de poder de los partidos», y dentro de los propios partidos, añadiríamos. No ... es nuevo, llevamos demasiado tiempo quizás con el problema que nos hacen pagar los partidos políticos a los ciudadanos en su afán por controlar el poder, dentro y fuera de cada partido. Lo vemos en todos, todos, los partidos políticos y demás del espectro, qué bien lo define este sustantivo, de la política. Antes de seguir, reparo en que fui militante de un par de partidos políticos, de eso hace ya más de veinte años. Ninguno de aquellos partidos, hoy desaparecidos, podrían compararse con la maquinaria de control que exhibían y exhiben los dos grandes partidos de la Transición y todos aquellos que tocaron poder, aún así, el culto al jefe era lo más extendido junto con la gravedad, la sabiduría incisa y toda la parafernalia legaloide que exhibían las juntas ejecutivas, compuestas, generalmente, por los favoritos del jefe del partido. A esto habría que añadir la pléyade de arribistas, ociosos, logreros y bienpensantes que suponían la columna vertebral de los partidos. A veces los militantes, cuando asistíamos a reuniones o comparecencias de la junta ejecutiva, teníamos la sensación de estar ante un tribunal de oposiciones. Ahí solo medraban los mediocres y los acríticos ultras del partido. Así la selección 'natural', –los peores eligen a los peores–, perpetrada en los partidos, nos trajo el detritus que padecemos hoy y, Dios quiera que no, el fin de la democracia.
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