Reyes desnudos

Por seguir en los tópicos, hemos sido y con tendencia a seguir en ello 'avestruces' con los ojos eyectados y nuestras caras literalmente incrustadas en la pantalla mágica que nos teletransporta al multiverso engañoso de las ofertas comerciales continuas y tramposas ¡oh oxímoron!, al de las redes –nunca una palabra significó tanto y si no que se lo digan a los pescadores o a los cazadores de insectos–. Pocos, es una opinión, usan el invento de los siglos para un fin laboral, científico, racional y para el bien comunitario. Lo normal es que usemos el 'movedizo' para meternos en las arenas de la pornocracia más cruel; de las apuestas futboleras con sello ministerial; de las noticias más falsas y grotescas imaginables; de la aberrante y degradada cultura que nos machaca, a algunos. Además sin frontera ni principio, desde la infancia hasta los viejecitos de los parques y los geriátricos.

Quien no haya visto claro que todos estamos desnudos, abducidos y vestidos por una realidad virtual manejada por los intereses diabólicos de una espantosa élite (me gusta más el plástico termino asturiano 'camaretá'), quien no lo esté vislumbrando a lo menos está ya perdido y nos pierde a todos.