Sobredosis de togas y legajos
Que levante el dedo quien no esté hasta los perendengues de años y años de líos judiciales, denuncias de pilinguis, de abogados budistas, de políticos ( ... de derechas) exigiendo que se presente el primo de zumosol europeo para que castigue a los bolcheviques o de tantos listillos de corral, ofendiditos y buscavidas que enfangan la justicia en España. ¿No está bien ya de tanta estupidez? ¿O es eso lo que se pretende, enfangar, calamarear, desmoralizar a la mayoría de un país sobre-entretenido con pijadas? No sé ustedes, pero el que esto escribe está empachado en todos los sentidos desde que hace ya lustros se haya confabulado todo dios con algo que ganar, disimular, tergiversar, liar, desviar para acudir en tromba a unos juzgados –¿intencionadamente?– mal dotados a denunciar como si no hubiera un mañana en el que fastidiar a otros. A esto se le unen unos togados que brillan, desgraciadamente para otros profesionales acendrados, por su parcialidad, cuando no por sus zunas personales e incluso pasionales. El resultado es una Justicia asfixiada por puercos intereses políticos, por afanes de salir en los papeles y en los medios y por la pasta, claro. En los juzgados entre legajos, archivadores, mamotretos, registros y expedientes yace la racionalidad que debería ser compañera y asistente de la Justicia. Por favor, a quien corresponda, no tengan miedo e inyecten sentido común a las normas que regulan nuestra convivencia. No acepten a trámite perogrulladas y denuncias apeirónicas. Legislen menos y mejor. Por favor.
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