Las colas de la gente normal

Las colas para recoger algún artículo gratis han cambiado en los últimos veinte años: siguen los abuelos, pero ahora hay una gran cantidad de gente trabajadora que pasa apuros

Viernes, 3 de diciembre 2021, 03:55

En mi último año de Sociología, en una de las asignaturas de la especialización, la profesora nos pidió que durante las siguientes semanas nos fijáramos ... en las personas que acudían a eventos o actividades en las que se dieran artículos gratis -principalmente alimentos-, fueran estas actividades reivindicativas, solidarias, festivas, etc. Les hablo del año 2001, justo unos meses antes de que se derrumbaran las Torres Gemelas de Nueva York; justo antes de que el mundo cambiara por completo. Era un ejercicio que, nos explicó, nos ayudaría a ver de forma muy clara en qué momento social, político y económico se encontraba entonces nuestra sociedad. Así lo hicimos y, durante quince días, cada uno de nosotros apuntamos qué era lo que veíamos en ese tipo de actos. Características de las colas que se formaban -siempre se hacen colas-, sexo de los que se acercaban y esperaban, edades, raza, atuendo, etc.

Publicidad

En clase, apenas éramos una veintena (cosas de la dureza de una carrera que, sobre todo durante el primer ciclo, suele dejar muchos cadáveres), por lo que resultó sencillo poner los datos en común. Al hacerlo, la realidad nos abofeteó de lleno porque los datos revelaban que la gran mayoría de esas colas las formaban personas mayores y que, de ellas, un gran número eran mujeres. Había algún joven, pero era algo excepcional, y algunas personas entre los cuarenta y los cincuenta, pero tampoco eran una cifra significativa como para ser tenida en cuenta en el análisis más allá der ser considerada, en aquel tiempo, variable anecdótica. ¿Qué nos decía aquel sencillo ejercicio? Que en el año 2001, nuestros jubilados lo pasaban mal, que sus pensiones no les llegaban para cubrir al completo sus necesidades y que siempre que podían acudían a repartos gratuitos de alimentos. También nos señalaba que en el caso de las mujeres, esa necesidad parecía mayor. Bien es cierto que eran conclusiones obtenidas de la mera observación y que, salvo alguna excepción, no se había hecho una aproximación a los individuos de estudio y el investigador solo actuaba en el rol de espectador, pero todos los que estábamos en clase, cada uno en su barrio o en su pueblo, incluso en provincias distintas, habíamos llegado a las mismas conclusiones. Además, no hay que desdeñar la importancia de la observación en la investigación sociológica.

Nuestro pequeño experimento concluyó ahí, al menos de forma oficial y académica, pero no de forma intelectual. Aquella profesora logró que cada día, cuando paso cerca de algún lugar donde se ofrece género gratis, o cuando veo a agricultores, ganaderos, etc. regalando sus productos, me fije en quién está en la cola correspondiente para beneficiarse de los mismos. ¿Y saben una cosa? La cola, hoy, veinte años después, ha cambiado. Siguen los mismos abuelos, como cariñosamente los llamábamos en clase y yo los sigo llamando, pero ahora también hay una gran cantidad de las llamadas 'personas normales'. ¿Y quiénes son estos? Somos ustedes y yo. Gente trabajadora que lucha cada día por sobrevivir, pero que, a veces, no le llega o que pasa apuros, por lo que si en tal o cual sitio regalan un pollo para protestar porque criarlos no es rentable, se acercan a coger uno. Y puede ser un pollo, leche, conejo, lechugas o tomates. Da igual.

Esas colas reflejan una realidad, nos decía la profesora. Reflejan el estado real, auténtico, de necesidad de una sociedad. Un estado que muchas veces, cuando se nos pregunta por él, intentamos trampear porque nos da vergüenza. ¿Cómo revelar que acudes a esas colas? No. Eso no se dice porque esas colas son para otros; para los pobres, pero si hoy, de nuevo, libreta en mano, hiciéramos el ejercicio, encontraríamos que las colas cada vez son más largas y cada vez hay en ellas más 'gente normal'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad