Pido perdón
Constantino Álvarez
Domingo, 27 de abril 2025, 23:38
Secciones
Servicios
Destacamos
Constantino Álvarez
Domingo, 27 de abril 2025, 23:38
No es fácil pedir perdón, entre otras causas porque no es fácil reconocer que se ha metido la pata o la gamba, o reconocer que ... uno se han pasado siete pueblos con los hijos, la pareja, los amigos. Unos más y otros menos en esas ocasiones en las que se tiene un mal día, nos cuesta tragarnos el orgullo y admitir que nos hemos pasado y que la única salida coherente y razonable es pedir disculpas, pero claro, esa dosis de narcisismo que todos, unos más que otros, llevamos pegada en la frente, nos impide tragarnos el orgullo, reconocer el error y sacarnos del corazón un sincero 'lo siento' para enmendar la situación. Para algunos no va en su ADN pedir perdón, desde la atalaya de quienes se consideran perfectos, esos que están por encima del bien y del mal. Los cabezones, soberbios y tozudos, para quienes pedir perdón es rebajarse y admitir que ni son perfectos, ni lo saben todo y claro, para ellos sería casi un milagro admitir el error.
Hace unas semanas la frase «pido perdón» se puso de actualidad al ser utilizada por el presidente del Principado, Adrián Barbón, para disculparse con el líder del PP y con el resto de diputados asturianos, textualmente manifestó a través de las redes sociales: «Pido disculpas porque el martes reaccioné de una forma que no es habitual en mí». Reconoció también que no tuvo un buen día, más o menos un calentón verbal. No deja de ser una sorpresa que un político pida perdón, no estamos acostumbrados a que reconozcan sus errores y por tanto nos muestren sus disculpas.
Cuando todavía tenemos frescas en nuestra memoria las imágenes terribles de la DANA valenciana, nadie hasta la fecha tuvo el coraje de asumir un mínimo de culpa, al contrario siguen enzarzados en culparse unos a otros y vemos como según el color del opinante de turno, para unos todas las papeletas de culpabilidad recaen sobre Mazón por estar 'ligando' en vez de estar en el puesto de mando y así advertir a los valencianos de lo que se avecinaba, y con ello contribuir a salvar vidas. Para otros, las papeletas de culpabilidad se reparten entre Sánchez y una exministra, hoy en Europa, por cierto muy callada, porque según denunciaron varios alcaldes, el Ministerio de Transición Ecológica no asumió sus responsabilidades en el cuidado y limpieza de los cauces. Dentro de unos cuantos años, después de dirimir la justicia las culpabilidades, a lo mejor a alguno de esos políticos se le ocurre pedir perdón y entonces no servirá de nada, no dejará de ser un brindis al sol. Las disculpas tienen que ser inmediatas, cuando aún los perjudicados sienten el dolor de la ofensa, en este caso de la tragedia.
Tony Blair, político inglés, pidió perdón por la guerra de Irak doce años después. Aquí todavía no toca. La verdad es que los ingleses están más acostumbrados que nosotros a lo de pedir disculpas. Hace años un líder del Partido Liberal Demócrata llegó a grabar un vídeo para disculparse por el incumplimiento de una promesa electoral. Declaraba: «Cuando uno comete un error debe disculparse». Según el diario El Mundo, destacaba en una publicación que el dirigente inglés, David Cameron llegó a disculparse en más de 400 ocasiones.
Aquí en España, conjugar el verbo disculpar no está de moda. Pedro Sánchez, nuestro presidente, por sus incumplimientos, sus vaivenes con los independentistas y sus muchos líos con sus socios de gobierno, tenía que estar pidiendo disculpas un día sí y otro también.
Tampoco tiene mucho sentido el planteamiento de algunos países latinoamericanos, liderados por México, de sentirse aún ofendidos por lo que consideran desmanes cometidos por los españoles en la Conquista de América, seamos serios, que ya pasaron 500 años, aparquen sus delirios populistas.
Para concluir, termino de nuevo destacando como positiva la reacción de Barbón ante una metedura de pata, como decía, no estamos acostumbrados a que los políticos nos pidan perdón. Me imagino que muchos me diréis que el presidente del Principado tiene aún muchas causas pendientes por las que disculparse y claro que tenéis razón, sin ir más lejos, las 3.096 familias que esperan por una plaza en un centro residencial, según datos del ERA del mes de marzo. A esa lista tendríamos que añadir las 330 que esperan por plaza en un centro de día o las más de 25.000 que aguardan por una intervención quirúrgica y muchos más por una consulta de especialista.
Sinceramente creo que toca seguir esperando que nos pida perdón.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.